RAVEN
—¡AH! —Con una explosión de energía, golpeé la puerta de madera con mi bota. ¡Maldita sea! ¡VUELVE AQUÍ, MALDITO IMPLÍCITO! Girándome, golpeé mis puños a los lados de mi cuerpo. —¡Uf! ¿Por qué demonios estoy interesándome en alguien como él? Dejé caer la tubería al suelo, resonando en un sonido hueco. —Puedo luchar. ¡Le dije que podía y aún no me deja! ¿Qué rayos hice? ¡Puedo ayudarlos! ¡Salvé su trasero! ¿Por qué no lo comprende?
—Porque siempre ha sido un idiota caballeroso y testarudo. —Una voz femenina murmuró detrás de mí antes de escupir en el suelo.
Dándome la vuelta, me concentré en la mujer pelirroja en la habitación. Solté mis manos del cabello y me dirigí hacia ella.
—Debes ser especial si él irrumpió aquí para salvar a alguien que ha perdido un dedo.
Moxi se rió y ne
