CAPÍTULO 9

1196 Words
DAMIEN ROMANOV -Es mejor que empieces hablar o te meteré un tiro en la frente- de pie en un galpón abandonado me encuentro frente a un tipo que cometió la estupidez de empezar a dar información sobre mi gente. -señor yo no se…- sonrío tomando el bate e impactando un golpe en su cabeza. Gotas de sangre ensucian mi ropa. -mira lo que hiciste bastardo. Manchaste mi bate favorito- de su boca desprende sangre. Me sostengo con el objeto mientras espero que el hombre reaccione. -Ahora si empezaras a hablar- asiente lentamente. -Yo solo avisé que los rusos estaban teniendo negocios con la mafia Italiana- algo que ya se sabía. Así que no me sirve. Levanto el bate posando en su barbilla para levantar su rostro. -el nombre-escupe sangre intentando respirar. Niega haciéndome sonreír. -¡di el maldito nombre o te abro hijo de perra!- lo tomo fuerte del cabello. -no me hagas volver a repetirlo- -fue Koci… fue Koci, quien me pagó. Mi hija estaba en el hospital y necesitaba el dinero- empieza a llorar. Todo por una estúpida niña. Fue capaz de vender su alma al diablo por un ser que de seguro ya está muerto. La estupidez humana es cada vez peor. -señor por favor. Máteme a mí. Mi esposa e hija no saben nada- se mueve en el asiento pero las cadenas que presionan su cuerpo se lo impiden. Su llanto causa dolor en mis oídos. Y es que el llanto en las personas me fastidian. No lo tolero. -cada vez que alguien me dice que no haga algo. Mi mente me dice que haga todo lo contrario- veo el terror en sus ojos. -tal vez debería de hacerle una visita a tu hija y enseñar a los demás que es lo que pasa cuando se meten con la mafia rusa- empieza a querer forzar las cadenas mientras suplica que no lo haga. -oh. Voy a deleitarme con el llanto de un infante- sonrío. -¡no! ¡por favor! ¡mátame a mi! déjalas a ellas- se intenta levantar del asiento. -¿matarte? eso es lo primero que haré- saco el arma y disparo en la frente bañándome con su sangre. Dulce olor. Ajusto mi traje saliendo del galpón. Mis hombre me esperan y bajan la cabeza cuando llego. -Koci sigue metiendo sus narices- espeto a Lev. -vaya hijo de perra- responde. Que parte de que tengo a su predilecta no entendió. Podría matar a su hija si me apetece. Esos ojos esmeralda aparecen de pronto en mi mente. -Revisaste si el informante tenía una hija en el hospital- -si. Tiene 5 años- que se sentirá decirle que por su culpa su padre murió, -grave- pregunto. -Problemas del corazón. Necesita un trasplante y el dinero que dio su padre no fue suficiente- tu muerte no sirvió de nada bastardo. -encárgate de eso. Sabes a lo que me refiero- Lev asiente enseguida. Me burlo al verlo vestido con traje. -no me digas nada- espeta. Me abren la puerta del coche. Pasan del medio día y lo que más me apetece es recostarme en cama. Tuve que salir muy temprano para arreglar unos asuntos pero mayor fue mi sorpresa cuando desperté y me vi atrapado entre los brazos y piernas de Elea. Su mejilla descansaba en mi pecho haciéndome sentir su suave respiración. Si supiera que su padre me está tocando los cojones aún con el pacto ya establecido. El auto se detiene. Reparo mi aspecto. Aun conservo algunas manchas de sangre pero no es algo nuevo para nadie. La risa de una mujer llama mi atención. ¿Elea ? -Como lo escuchaste Elea. Tuve que tirarme de una ventana para no ser atrapado por mi maestra de francés. En el proceso me rompí una pierna, pero eso qué importa. La mujer era horrenda- Ingreso a la sala encontrándome con Adrik que está sentado junto a mi esposa. Ella tiene una galleta en la mano y sonríe. Pero su felicidad desaparece de su rostro cuando me ve. Deja el dulce a un lado poniéndose de pie. -Oh Damien. Estas bien- porta un vestido esmeralda que acentúa su figura. El cabello se lo ha dejado suelto cayendo estos en ondas. Buena actuación. Se acerca a mí inmediatamente. Pero mi mirada se posa en Adrik ¿Qué hacían bebiendo té como si fueran amigos de toda la vida? -necesitas que un doctor o alguna persona que..- me toca la mejilla pero aparto su mano enseguida. Se sobresalta. Yo me enfoco en mi amigo que muestra una estupida sonrisa en la cara. -No es mi sangre- respondo. Su mirada se intensifica entendiéndome enseguida. El dorso de su mano se ha manchado. -Adrik- -Damien- responde con una sonrisa en el rostro. -que haces visitando a las señora Romanova. Ni en el funeral de mi abuela estuviste- pregunto con sarcasmo. Es mi amigo. Si. Pero es un maldito hijo de perra. Su sonrisa se ensancha. -En realidad vine a dejarte el informe que pediste en la mañana. Pero me recibió Elea y empezamos a conversar- responde posando su mirada en mi esposa que está silenciosamente a un costado. Elea.. -Entonces ya puedes irte. Priscila de seguro está esperándote- frunce el ceño cuando hablo de su prometida. Al igual que yo. Su matrimonio va a ser por conveniencia. Se pone de pie enseguida. -Bueno ha sido un placer Elea. Podemos reunirnos otra vez para culminar la historia- mi esposa no responde. Queda un silencio en el lugar. -te acostaste con él- sus ojos se abren con sorpresa encuesta de segundos. -¡Claro que no! por qué lo haría- me encojo de hombros. -por qué no. Ya sabes lo que respecta a nuestro matrimonio- se lleva la mano a la cabeza. -No me interesa acostarme con nadie. Punto. Así que, si es todo, voy a decirle a Alba que sirva la comida. Puedes darte un baño- el tono que emplea me hace tomarla del brazo y acercarla a mi cuerpo. -estas acaso dándome órdenes esposita- lleva las manos a mi pecho intentando liberarse. -claro que no- -eso pensaba. Pero esa boquita se volvió contestona por un momento- niega. -es solo que quiero que tengas claro que no me importa acostarme con nadie- uno de sus rizos cubre su rostro. Lo aparto con mi otra mano. Sus mejillas se han sonrojado. -y debería felicitarte por eso- frunce el ceño. -haz lo que quieras- desiste de su intento por liberarse. Sonrío. -eso voy hacer- levanto su cuerpo con un solo brazo sorprendiéndola enseguida. Se sostiene de mis hombros para no caer. Subo con ella a nuestra habitación deteniéndome en el baño. La dejo en el lavamanos. Se mira las manchas en su ropa. -me ensuciaste- se queja haciendo un puchero logrando que esa acción me ponga duro al instante. Mientras quiero matar a su padre a su hija me la quiero… -por algo estamos aqui- me empiezo a quitar la ropa. Se cubre el rostro rápidamente. -pero qué estás haciendo- Una vez desnudo aparto su mano y colando la otra debajo de su vestido. -Voy a bañarme con mi mujer ¿algún problema?-
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