ELEA KOCI
Llegando a casa lo primero que hago es darme otra ducha. Me recuesto en cama sintiendo una opresión en mi pecho. Es todo, ahora si cumplí con mi obligación marital. Los recuerdos pasan por mi mente y no se que me pasa que no puedo olvidar la forma en la que me besaba Damien. La forma delicada en la que sostenía mi cuerpo y me hacía suya.
Fue un buen inicio y un final. Ahora ya no hay nada que nos obligue a convivir.
Me levanto colocando un vestido y unos tacones bajo. Bajo las escaleras encontrándome con Alba que coloca la mesa para el almuerzo.
-oh cariño bajas justo a tiempo- me sonríe cálidamente. Si mamá estuviera viva sería igual de cálida que Alba.
-mi esposo está en casa- me siento tomando la servilleta. No es que me importe si está.
-Eriks no llegará hasta la
