Narra Erick
Al día siguiente encontré a Alex coqueteando nuevamente con Alanis. Eso me enfureció a pesar que ella parecía evitarlo se notaba incomoda. Pero no podia hacer nada porque fue en el lobby del edificio, y todavía no comenzaba el horario laboral. Pero por la tarde salí de la oficina y lo encontré de nuevo frente al escritorio de Alanis, esa fue la gota que rebasó el vaso. Alex me estaba volviendo loco. Él era excelente en su trabajo era el más brillante, por lo que seguramente pensó en algun plan ingenioso solo para acercarse a ella. Ya le había dicho a Alanis que el lugar de trabajo no era para confraternizar, ahora tengo que hablar con Alex también.
—Alex, ven a mi oficina—lo llame. Él me siguió—. Sé lo que estas tramando con respecto a Alanis—agregue. Las teclas de la computa
