Narra Evan Richards
Abro mis ojos y me encuentro solo otra vez, me doy vuelta en la cama y estiro mis brazos y piernas antes de levantarme, esto de la soledad no va conmigo, ya no quiero seguir así, desde que pasó lo de Anggela ni siquiera he salido a citas por temor a que suceda lo mismo y eso debe acabarse, Evan Richards no es un hombre que se acobarde; aunque debo admitir que con tanto trabajo no creo que pueda salir a ligar con alguien, ¡mierda! ¿desde hace cuánto tiempo no estoy con una mujer? Con razón ya me esta afectando la soledad.
Me debato internamente si llamar a mamá o no para aceptar que me consiga una cita con la hija de alguna de sus amigas, al final decido no hacerlo porque me da vergûenza tener que recurrir a mi madre para ese tipo de cosas, por más que ella insista en hacerlo, soy un hombre hecho y derecho capaz de buscar sus propias citas.
Me levanto de la cama con una decisión tomada, voy a empezar a conocer personas nuevas y darle una oportunidad al amor, total ya me rompieron el corazón, creo que peor de lo que me fué no puede volver a suceder así que estoy dispuesto a arriesgarme, sirvo mi taza de café ya que Marie, la señora que está encargada del pent house junto a otras jóvenes se fue a hacer las compras dejándome todo preparado, tomo mi taza de café bien cargado y algo de fruta para desayunar y estoy con la cabeza en el trabajo, en todo lo que tengo que hacer hoy, ya que tengo una junta importante con representantes de las sucursales de distintos paises, necesito saber como marcha la empresa en esos lugares.
Me voy al gimnasio a realizar mi rutina diaria, hoy tocan abdominales, voy a drenar todo este estrés con ejercicios y esta calentura que traigo, de algún modo debo apagar este fuego matutino, después de 1 hora de esfuerzo físico me voy directo a la ducha antes de que se me haga tarde, aún sigo con el pensamiento de soledad en mi cabeza y debo ver que hago, al menos hoy tengo que salir con alguien, quizás no con una chica pero al menos a beber unos tragos, el trabajo me va a enloquecer, sé que puedo con esto por algo mis padres, siendo el menor me dejaron a cargo, pero a veces siento que necesito en mi vida algo de normalidad, quisiera por un segundo no ser yo.
Llego a la oficina y me paso el día de reunión en reunión, debo hablar a solas con cada delegado de las sucursales europeas, el que más me fastidia es el de Madrid, España, a mi normalmente todo el mundo me cae bien y no suelo juzgar a las personas pero Ortiz, ¡Diablos!, ese hombre si que logra sacarme de quicio, creo que haria enojar hasta a los mismisimos angeles, tiene un defecto que detesto y es que se comporten como los propios lamebotas con las peronas que son sus superiores laboralmente y con los demás sean unos desgraciados.
Antes de reunirme en la sala de juntas con todos, Él es el último que voy a recibir, espero no se tarde demasiado porque hoy no estoy de ánimos para sus palabrerías
Antes de bajar a la sala de juntas decido ir al café que queda frente al edificio, hoy puedo hacerlos esperar unos minutos por mí siempre soy puntual pero hoy no sé qué me pasa, bajo en el ascensor y me distraigo viendome las uñas, escucho el pitido y cuando las puertas se abren creo que he visto un angel personificado en una mujer, de tez clara y cabello n***o como la noche, con unas curvas que deleitarian a cualquiera y cuando me ve directamente a los ojos sé que estoy perdido en medio de un océano azul celeste.
Siempre pensé que esa tonteria del amor a primera vista era falso, que era algo que solo podias leer en libros o ver en películas románticas, pero en este jodido momento me he dado cuenta que es real, esta es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida.
Ella pone cara de enojada porque no le cedo el paso, graciosamete ella se mueve a su derecha y yo igual, lo mismo sucede cuando se mueve a su izquierda, quiero dejarla entrar pero me tiene como un bobo cautivado, noto que su expresión cambia cuando me grita:
-¡¿ESTO ES UN BAILE O QUÉ?! Y rueda sus ojos instintivamente, ¡j***r! Hasta molesta es muy hermosa, no puedo evitar sonreir porque es extraño que alguien aquí en la oficina, sabiendo quien soy me hable de esa forma, todos me tratan con mucho respeto. No puedo evitar bromear con la situación y me atrevo a preguntarle:
-¿me estás invitando a salir? Porque si es así de una vez te digo que debe ser a otra cosa que no sea a bailar porque tengo 2 pies izquierdos y pues se más creativa a la hora de invitar a salir a alguien y más amable, porque sino no accedere, a nadie se le pide una cita gritándole a la cara y con gestos de amargada. Suelto a modo de chiste.
Trato de contener la risa al ver como se le tuerce más el rostro con su gesto de molesta, y de un empujón me quita para abrirse paso, puedo decir que mi futura esposa (aunque ella no lo sepa) es de armas tomar, pero como yo soy insistente no me voy a rendir, ella marca el piso al que se dirige y yo detengo las puertas del ascensor antes de que se cierren, suspira frustrada, se ve algo apurada, aprovecho la oportunidad y le digo:
-¿ Es una invitación o no? Ella molesta me responde: - !Ni en tus sueños¡ y mira hacia otro lado, aprovecho el momento para entrar al ascensor antes de que cierre sus puertas y poder seguir hablando con ella.
-¿Cuál es tu nombre? Le pregunto y ella decide ignorarme, creo que la pared del ascensor es más interesante que yo porque ni siquiera se digna a mirarme, vuelvo hablarle esta vez diciendo:
-¿te comieron la lengua los ratones?, ella me ve y responde firmemente
-no tengo tiempo para esto.
Dispuesto a llamar su atención y a extender mi tiempo con ella, sigo uno de mis impulsos oprimo el botón que para por completo el ascensor, veo como se le descompone el rostro una vez mas y por segunda vez en menos de diez minutos vuelve a gritarme diciendo:
-¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA? ¿ERES LOCO O TU MAMÁ TE DEJO CAER DE CABEZA CUANDO ERAS PEQUEÑO?
Yo no puedo aguantar la carcajada, ¿de verdad eso fue lo que se le ocurrió decir? La veo inhalar y exalar varias veces e imagino que es para calmar su ira, ella vuelve a hablar diciendo:
-Por favor, mi jefe me espera y puede ser un verdadero tormento cuando se lo propone, necesito desesperadamente este trabajo y no me puedo dar el lujo de que me echen, además le tengo pánico a los espacios cerrados y siento que ya me falta el aire, de verdad presiona el estúpido botón o comienzo a gritar ahora mismo.
Por la forma en que lo dijo no puedo evitar creerle, pero esta es la oportunidad que he necesitado por todo el día, se que puedo pasarme de fastidioso e insistente, pero siento que ella es la indicada, pongo mi mejor cara mirándola fijo muy descaradamente le digo:
2 cosas. Ella pone cara de confundida, asi que asumo que no entiende y le vuelvo a repetir:
Sólo te pido dos cosas.
Veo en su rostro que va a ceder, se que esta apurada y eso juega a mi favor, se que estoy jugando sucio pero es imposible desaprovechar la oportunidad.
-¿ Qué quieres? Responde ella,
- Saber tu nombre.
Para mi ese es el primer paso, pienso yo. Ella rapidamente extiende su mano y me dice que su nombre es Emma Rodriguez, se ve que quiere salir de aqui lo mas pronto posible, yo tomo su mano pero en otro loco impulso le doy otro nombre:
-Alexander Ortiz.
Pienso que no se me pudo haber ocurrido otro apellido sino el de ese tipejo que tanto me obstina los dias cada vez que lo veo, no quiero que sepa quien soy, ha sido tan genuina conmigo y temo que si sabe mi nombre echaria todo a perder, ademas por su acento intuyo que no es de aqui asi que no tiene la menor idea de quien soy.
Cuando nuestras manos se juntan siento una corriente electrica, o quiza podria llamarlo un cortoo circuito porque ciento que odos mis sentidos se desajustaron y volvieron a alinearse con el fin de conquistar a esta chica, por su cara sé que debió haber sentido algo asi que me atrevo a decir:
- muy bien Emma Rodriguez, (me fascina lo cautivador que es su nombre y me he dado cuenta que nuestros nombres tienen las mismas inciales) déjame mostrarte la ciudad. Espero espectante su respuesta.
Con su cara de malhumorada a la que sé que tendré que acostumbrarme me dice:
- si te digo que sí, ¿me dejarás en paz de una vez por todas? No quiero que me despidan por culpa de un idiota como tú!. No quiero volverte a repetir que me da miedo seguir aqui por mucho mas tiempo.
No puedo evitar esbozar una sonrisa triunfal al decirle:
te espero en la puerta principal a las 4 en punto, se puntual porque no me gustan los retrasos.
Y vuelvo a presionar el botón e inmediatamente el ascensor reinicia su marcha, ella relaja un poco su rostro y suelta el aire que llevaba ya algunos reteniendo, la observo arreglarse su falda y puedo notar que esta nerviosa, me quedo callado porque no quiero decir nada que la haga arrepentirse, el ascensor llega al piso deseado y veo que se voltea antes del salir preguntándome:
-¿trabajas aquí? No sé qué me pasa y vuelvo a mentir diciendo que soy un mensajero, ella asiente y deja cerrar las puertas.
No se que me pasa con esta chica, verdaderamente es primer vez en mis 27 añosde vida que puedo asegurar que senti esto, ni siquiera con mi ex llegue a sentir la mitad de sensasiones que Emma causó en mi en tan solo unos minutos. Vuelvo a presionar la planta baja y me dirijo al café con el rostro de esta chica en mi cabeza y me felicito a mi mismo porque logré mi objetivo de la mañana, hoy tendré una cita, pero no con cualquier persona, sino con la que sé que será mi futura esposa y madre de mis hijos.
Llamo desde el café a Judith, mi secretaria y le pido que por favor haga una reservacion para las 6:00 de la tarde en el Restaurant Senses, uno de mis favoritos de la ciudad, porque creo que al menos 2 horas de recorrido son suficientes.
Me termino el café y me devuelvo al edificio para ir a mi última reunion del dia, tomo es ascensor recordando lo que sucedió hace un momento y mi pulso se acelera. Salgo y me dirijo directamenta hacia la sala de juntas, quiero terminar con esto lo mas pronto posible, estoymuy ansioso de ver a Emma.
Cuando entro no puedo creer lo que mis ojos han visto, sentada algo alejada de la mesa de juntas se encuentra la chica que se instaló en mi cabeza y llegó para quedarse, la veo ordenar unos documentos distraidamente y en ese momento todos se ponen de pie en cuanto entro, odio eso, ni que yo fuese el presidente de la nación o esto fuese un ejército, comienzo a saludar a algunos delegados que no había visto y no dejo de verla a lo lejos, por eso noto que cuando se pone de pie todos lo papeles van directo al suelo, por instinto acudo rapidamente a ayudarla diciendo
-Yo la ayudo Señorita, y ella en su torpeza al levantarse me da un cabezaso en la frente. ¡Demonios! Eso si que dolió, llevo mi mano a la frente, ella pide disculpas pero uando me ve queda completamente en shock, se acerca el idiota de Ortiz y comienza a insultarla, mi cara cambia completamente, él no es nadie para tratarla así y el muy tarado me dice:
--Mil disculpas Señor Richards, ella es mi secretaria, Emma Rodriguez.
Veo su cara de asombro total al darse cuenta de que la he engañado y al descubrir quien soy verdaderamente.