Capítulo XVI. Adiós, adiós luna de miel

1835 Words

Volvieron a Arenville. Lucrecia ayudó a Aurora a desempacar, le sorprendió lo callada que estaba. No le contó nada sobre el viaje, ni sobre su casa de la infancia. Estaba sorprendida de su actitud. Lucrecia bajó a la cocina, iba a ayudar a Nora con la cena, cuando escuchó la voz de Emil, llamándola. Se dirigió al despacho. Lucrecia estaba nerviosa, pensó si pasaba algo malo, al entrar observó el rostro de Emil, y le pidió que se sentara en una silla —Dígame, mi señor, ¿En qué puedo ayudarle? —preguntó aturdida —Quiero que me hables de algo, quiero saber todo de Rhys Graham —los ojos oscuros de Lucrecia se abrieron sorprendidos, bajó la mirada, su piel negra se había puesto pálida. Conocía a los hombres y su orgullo, «¡Que tonterías dijiste, mi niña!» pensaba, rogando a Dios claridad en

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