Suelto una carcajada. Remontarme a mi niñez me encanta, sobre todo porque Alessandro tiene una versión diferente de cuando estábamos juntos y por alguna razón siento que su versión es más realista que la mía. Alessandro me recordaba, por eso me llamó por mi nombre cuando nos vimos en su casa. Me trataba como si nunca se hubiera ido. Pero en mi caso era diferente, yo no lo recordaba, por eso me parecía un niño del que tenía conocimiento, pero con el que nunca había convivido. Su mano derecha se estira y acaricia mi cabello. Está tomando la manía de acariciarme el cabello, me pregunto cuál será la razón, pero no le preguntaré ahora, pues el momento es demasiado ameno y no quiero arruinarlo. Me mira de una forma extraña. Es… una mirada dulce, pero al mismo tiempo pervertida. No sé si est