Una semana después. Baldrick. Estos malditos días me la he pasado planeando un maldita boda y la verdad es cansado. No puedo quejarme porque sé que Ivette desea una enorme celebración y pienso cumplirle su capricho. Además de que soy el hombre más rico del mundo y no pienso quedar como un imbécil tacaño al no realizar uno de los mejores eventos del año. Las organizadoras ayudan en mucho para darnos ideas con respecto a la decoración aunque a veces pienso que son unas hijas de puta que solo quieren estafarme. Y bueno… aquí me encuentro sentado en una silla demasiado incomoda escuchando a mi sumisa y a la odiosa organizadora de eventos. -¿De qué color será tu vestido?.- dijo la mujerzuela. -Blanco con algunos detalles en dorado. -Seguramente será hermoso. -Sí, confió plenamente en