Ivette. Me levante a medio día, el sol se colaba por las ventanas de mi habitación y el reluciente anillo que decoraba mi dedo destellaba con la luz. Aun no puedo creer que el señor D’angelo me pidiera matrimonio. Mi cerebro está apunto de estallar de felicidad nada más recordarlo. La preciosa sortija es de otro mundo, de un mundo llamado Baldrick. Sin lugar a dudas escogió la mejor pieza de oro que nos identifica. Dos serpientes se enroscan para darle esa forma circular, mientras que sus cabezas sostienen una preciosa piedra color azul esmeralda. Este anillo es alucinante, no solo porque me confirma que no solo soy una sumisa más en la vida de mi Amo, sino que significo más para el de lo que me demuestra. No sé muy bien que sucederá en el futuro o si nuestra boda será el mejor event