Ivette. -Acompáñeme por favor señorita.- me indico Gerry. Camine despacio mientras observaba la escena que se estaba llevando acabo fuera de mi casa. El rostro de Baldrick era inexpresivo, su semblante tan frio me daba escalofríos. La mirada que le lanzaba a mi profesor tenía un toque de oscuridad, tanto, que podía percibir su pesada energía. No sé qué sucede entre ellos dos, pero seguramente tienen un problema que tiene que ver conmigo. Si Baldrick logra alejar las intenciones de Emanuel para conmigo, se lo voy agradecer infinitamente. Mi profesor no es santo de mi devoción y odio que siempre anda tras de mi cuando ni siquiera le he dado razones para que crea que me gusta. -No se preocupe señorita.- me miro Gerry. -¿Qué está pasando afuera?. -Seguramente el señor D’angelo le dejar