Esta noche dormiré solo, no quiero acostumbrar a Ivette a algo que no va a suceder nunca. Toda mi vida he estado solo, nunca me ha pesado mi soledad, amo mi espacio privado y obviamente guardo con celo mis secretos. Después de una larga ducha me metí a la cama. Deseo dormir pero mis ojos y mis pensamientos no me lo permiten. Pienso en cada una de las palabras que me dijo mi bella sumisa, es difícil estar en mis zapatos porque nunca he lidiado con sentimientos. Ni siquiera cuando me case tuve problemas con eso llamado “cariño”. Recuerdo perfectamente el día de mi boda, no fue una reunión familiar, ni a eso llego. Solo estuvieron presentes los padres de mi difunta esposa y pues de mi parte solo algunos miembros de la familia. No quise realizar una boda enorme, no le vi ningún sentido, todo