Ciertamente, entre más pensaba en ella, más deseaba Kyle que se produjera la reunión con su jefe. Tenía muchos deseos de reportar la fuerza de la peste, la velocidad con que se estaba propagando y la eficiencia con la que él y sus hombres la habían distribuido. Estaba ansioso por recibir la aprobación de Rexius y compartir la emoción que ambos sentían por el hecho de que la guerra que esperaron durante miles de años, por fin había llegado. Kyle siguió internándose en lo profundo de la tierra; llegó a estar debajo del Ayuntamiento, pasó por otro corredor de mármol y atravesó un par de enormes puertas medievales. La experiencia era embriagante, había esperado ese momento durante años. Además, adoraba la sensación que le producía tener aquel enorme séquito detrás de él y la emoción de la gue