13 Debe ser mi noche de suerte, pensó Jack mientras entraba en la habitación de descanso de guardia. Por primera vez, no había nadie adentro y él tenía para escoger entre las literas. Él se subió a la cama superior de la más cercana a la ventana y se quedó dormido en segundos luego de taparse con la delgada sábana. “Jack.” Addy estaba en el marco de la puerta que daba al pasillo de la sala. De repente, él estaba durmiendo en el sofá, no en la cama del hospital. Consciente de que esto era un sueño, él se aferró a él. Ella solo tenía puestos los shorts que había enrollado la primera noche que le había cocinado la cena y un top blanco muy delgado a través de los cuales podía ver sus pezones rosados y duros. “¿No puedes dormir?” preguntó él. Su pene se despertó y movió la sábana. Addy s