La morena se retira al despacho, se siente asfixiada con la presencia de la niña decide llamar a Eduardo hay muchas cosas que no le cuadran. -Si diga - le contestan. -Si, buenas tardes quisiera hablar con el señor Eduardo - se siente nerviosa. -Hola Irina ¿Cómo estás? - Irina se siente extrañada pues ella no dijo su nombre. -Bien ¿y tú? - mira por la ventana a sus hijos jugando en el jardín, frunce el ceño nada más de ver a Daniela. -Muy bien, cuidando a Maria Victoria - Eduardo sabe que la niña se ha vuelto importante para Irina sin saber quién es realmente. -Un poco nostálgica, extraño a mi hija... Eduardo quería pedirte algo - suspira nerviosa - estás en todo tu derecho de decir que no, pero - toma aire - me gustaría ver a Victoria compartir con ella, ¿puedo? -