¿Me vas a complacer?

1472 Words
— En lo que piensas tú al ver a Gustavo — Le respondió Claudia y Karen sin pensar preguntó — ¿En lo que debe tener? — Claudia la miró a la cara, se rio y fue directa al responder — Te lo diría, pero nunca he visto a mi hermano encuerado Karen se sonrojó, miró a su amiga y con gran cinismo le dijo — ¿Te digo lo que tiene Santiago? — Y sin esperar respuesta levantó sus manos frente a la cara de su amiga, extendió sus dedos índices para marcar una medida entre ellos y le dijo — ¡Así de grande! Y tan gruesa que, al meterla sientes como te la abre a “todo lo que da”, te sientes “super llena” Y cuando te “bombea” ¡Uff! Te empuja el útero, te oprime el recto y ves la piel de tu pubis subir y bajar a su ritmo, a mí me encanta poner ahí mis manos para sentirlo entrar y salir de mi vagina — ¿Y él? — Preguntó Claudia sonriendo avergonzada y Karen sabiendo a que se refería respondió — Sus chorros “me mojan los ovarios” — Claudia se rio y en tono serio preguntó — ¿Los sientes? — Lo siento contraerse y el calor húmedo del semen dentro de mi v****a — ¿Tanto así? — Preguntó Claudia incrédula y ella en tono de reto le respondió — Compruébalo por ti misma Por varios segundos se miraron fijamente a los ojos en silencio, hasta que Karen agregó — Lo digo en serio amiga, es más, te aseguro que yo tengo al hombre que tú buscas — Y con picardía agregó — Podríamos “matar dos pájaros de un tiro”; Tú coges rico y yo lo veo coger con otra — ¡¿Verlo?!... ¿Quieres que hagamos un trío? — Extendió su brazo mostrándole la palma de la mano y agregó— Ya no digas nada, que me estás poniendo más caliente que un horno de panadería Hubo un largo silencio en que Claudia permaneció mirando hacia la mesa, después levantó la cara, miró a su amiga y buscando disipar sus dudas le preguntó — ¿Y después? … ¿Qué hacemos después? … ¿Dejamos de ser amigas o qué? — ¡Nada! Tú aplicas lo de “Si te cogí, no me acuerdo” y yo lo de “Si te lo cogiste, nunca me enteré” Claudia hizo un gesto de estar convencida y se levantó de la mesa diciendo — Ya me voy amiga, comí rico, gracias — ¿En qué quedamos entonces? ¿Te hablo el viernes? Claudia sonrió en señal de aceptación y se despidieron con un beso en la mejilla Cuando Santiago llegó de trabajar encontró a Karen sentada en el sillón de la recámara cubierta con una bata de noche, él le dio un beso y se dirigió frente al closet para cambiarse de ropa, ya cuando estaba en calzones ella comentó “Se terminó el suplicio” él se giró y la vio sentada en la orilla del sillón con la nuca apoyada en el respaldo, había abierto su bata para mostrar que estaba desnuda con las piernas separadas y los pies apoyados sobre la alfombra; Excitado se acercó y se arrodilló entre las piernas de su novia para besarlas, le besó y lamió por un buen rato el húmedo sexo, después, ya desnudos en la cama, dieron “rienda suelta” a toda la lujuria reprimida por cinco días. Al terminar Karen cubrió su sexo con unos pañuelos desechables al tiempo que Santiago se dejaba caer a su lado boca arriba en la cama expresando “¡Que ganas tenía de echarte un buen palo!” Karen se recostó sobre el pecho de su novio, lo besó y respondió — Y a mí que me lo echaras — Y agregó— ¡Que venida te diste! Terminé inundada de semen — ¿Y qué esperabas? Esta vez no me dejaste desahogarme en tus piernas o tus tetas, ni siquiera me hiciste una “chaquetita” como lo hacías antes. Ya me dolían los huevos de tanta leche almacenada Karen se rio, se bajó de la cama y entró al baño, al salir le dijo — Después de coger así, me da hambre ¿A ti no? — Yo solo tengo hambre de ti Karen le sonrió con coquetería, se puso la bata y bajaron a la cocina donde ella intencionalmente había dejado sobre la mesa su móvil y mientras preparaba la cena comentó — Invité a Claudia a comer y nos pusimos a ver fotos de la preparatoria, subí unas a mi móvil para mandárselas por WhatsApp Y señalando su teléfono agregó — Míralas y dime que te parecen Santiago “abrió” el móvil y se puso a ver las fotos fijándose más en Claudia que en su novia. Cuando Karen sirvió la cena, él hizo a un lado el teléfono y al terminar de cenar preguntó — ¿Has notado que por lo general las “chaparras” tienen unos cuerpazos? — Karen sonrió y respondió — ¿Lo dices por Claudia? — Sí… Tu amiga tiene un cuerpazo — Karen tomó el móvil, buscó una foto en especial y comentó — Tiene bonitas piernas, nalgas redondas y levantadas, cinturita, tetas grandes y firmes — Miró a su novio y sonriendo le dijo— Mira esta foto y verás que tengo razón Le pasó el móvil para que viera la foto donde ella y Claudia, vestían unos pequeños shorts ajustados y un top diciendo — Esta foto es de cuando jugábamos voleibol en la cancha de arena que había en la escuela, fíjate en su cintura y su cadera... ¡Condenada chaparra! Tiene curvas perfectas, te juro que la envidio — Tú no “cantas mal las rancheras” — Le respondió Santiago haciendo referencia a las curvas de Karen y después preguntó— ¿Jugaban voleibol playero sin playa? — Algo así, Claudia y yo hacíamos equipo — Santiago contempló la foto y bromeando le dijo — Me gustaría besarle esa deliciosa pancita y meter la punta de mi lengua en su ombliguito — Yo digo que le metas otra cosa porque anda “muy urgida” la chaparrita Respondió Karen riendo al tiempo que hacía su silla hacia atrás y con coquetería levantó una pierna apoyando el talón del pie en la orilla de la silla, su bata se abrió y Santiago fijó su vista en las piernas de su novia, quien con gran sensualidad se acarició la pantorrilla, se abrazó de ella poniendo su mentón sobre su rodilla, con un suave tono de voz al que agregó la “vulgaridad” que a él le excitaba, preguntó — ¿Le darías un “empujón de tripas” como los que me das a mí? — Santiago sonrió y respondió — ¡Hasta que pida clemencia!... Si está buenísima la condenada chaparra — De eso “pide su limosna” — Respondió Karen y con un sensual tono de voz preguntó — ¿Solo a ella? — ¡A las dos! Respondió Santiago tomándola de la mano para llevarla a la recámara. Al llegar Santiago se quitó los calzones y se sentó desnudo en la orilla de la cama, Karen de pie frente al tocador, se quitó la bata, se miró desnuda frente al espejo, se giró frente a él y mientras pasaba sus manos de forma sensual sobre sus pechos, su vientre y las curvas de su cadera preguntó — ¿Te acuerdas que un día me dijiste que, cuando otro hombre mira este cuerpecito con deseo, tú te excitas al imaginarme cogiendo con él? Cuando Santiago afirmó, ella metió el dedo índice entre sus labios vaginales diciendo — Pues con solo pensar que te coges a otra ¡Yo me “chorreo”! Para excitar a Santiago, metió se metió el dedo a la boca para saborear su humedad, él la miró diciendo — Y quieres que la otra sea tu amiga — Ella afirmó y él negó preguntando— ¡¿Cómo crees amor?! Karen se acercó a él poniendo su vientre frente a su cara y con voz sensual le dijo — Hazlo por mí— Y en un tono sensual, casi cantado agregó— Si tú me complaces, yo te complazco Santiago le besó el vientre diciendo “Que deliciosa pancita tienes niñita”, la sujetó por las nalgas y la jaló a la cama para volverlo a hacer. Al día siguiente mientras desayunaban ella preguntó — ¿Me vas a complacer? Santiago la miró, se levantó de la mesa y en tono cortante respondió — ¡Me voy a trabajar!
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