Yo que había puesto mis manos sobre la piel de mi pubis al escucharla decirme lo del ardiente semen, sonreí y afirmé con la cabeza, entré al baño para escurrirme todo lo que en mí había dejado y en esos momentos me sentí como ella me había descrito el día anterior “sudada, despeinada y muy bien cogida dejando escurrir el semen de mi marido fuera de tu v****a”. Después me vestí y salí a la terraza donde los encontré a los tres sentados, me miraron y yo le sonreí a Luis. Tomamos una copa platicando de lo bello del pueblo, del calor, de las playas… No se tocó el tema, los tres actuaban normal… Ahí no había pasado nada… Por hoy el juego había terminado —Vamos a cenar Propuso Juli pero yo me negué explicando —Yo no amiga, prefiero irme a dormir, les juro que estoy agotada Primero los tres