¿Están vivas?

1554 Words
" Vivir sin la otra mitad. Cuán difícil puede resultar seguir adelante, cuando todo es gris, y lo único que pasa por la mente es esa dulce sonrisa que nunca más volverá, es duro, pero no imposible". ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ — ¡¡¡NOOO!!! ¡TIENE QUÉ SER MENTIRA! E-Esto no puede ser verdad… ¡No puedo aceptarlo! Me negaba a creer en las palabras del bombero, porque eso era imposible, mi mujer y mi hija no podían estar… Ni siquiera podía pronunciarlo, pero mis mejillas mojadas y labios temblando sabían la verdad. Ni el infierno se podía comparar a lo que mi cuerpo atormentaba. De pronto, unos brazos se apoyaron en mis hombros. Era mi padre que intentaba consolarme, pero qué podía hacer, es decir ¿Cómo encontrar una cura para calmar este dolor? Jamás podría seguir con mi vida, porque ellas eran mi vida. Mi familia estaba destruida y yo era como las cenizas que yacían en el suelo, insignificantes restos de lo que un día fue objeto de admiración y del cual ya no quedaba nada. — Hijo… — Papá… —musité sin poder levantar la mirada del suelo—. Dime que esto es una pesadilla, por favor… despiértame… Stella está esperándome para desayunar, el café que ella hace está sobre la mesa ¿La escuchas? Es su voz… ella me llama, mi esposa me llama… — ¡Massimo! Las manos de mi padre me obligaron a verlo y ver sus ojos rojos con lágrimas descendiendo por sus mejillas hizo que despertará de mi estado de negación. — Tienes que entender. Finalmente no pude más, mi padre me abrazó, y yo apreté mis ojos con fuerza, escuchaba a los demás sollozando, y yo no era la excepción. Todo lo que amaba, se había ido… o eso creía. … — Está hecho, ahora debe darme lo acordado —dijo el tipo de ojos azules acomodando unos mechones rubios de su cabello. — A pesar de todo estás libre, aunque esta vez si fuiste de utilidad. — Yo también la estimo tía —dijo con sarcasmo. — Yo en cambio te odio con todo mi corazón, ahora haz el favor de esfumarte de mi vista Felipe. — Como usted diga, ya sabe, primero debo ir a gastar este dinero ¡Ah! Por cierto ahí le dejo "su encargo" Lorenza miró a la puerta, donde estaba su empleada con una mirada llena de culpa, lo que acababa de hacer no la dejaría en paz jamás, al menos y su conciencia se lo recordaría hasta el fin de sus días. — ¿Vas a seguir ahí?—preguntó la mujer regordeta—. Toma tu dinero y tráeme un vino. Todo esto me ha dado sed. Bajando la cabeza, Georgia dio media vuelta para traer lo exigido por su patrona, y con unas lágrimas amenazando con salir de sus ojos regresó. Ella entregó la bebida y se dispuso a marcharse, mas la mano de Lorenza la detuvo. — ¿Qué pasa? ¿Acaso no vas a tomarlo? —preguntó con una ceja levantada, mientras le extendía un fajo de billetes. — No señora —musitó manteniendo la mirada a sus pies—. Ese dinero está manchado. — ¡Ay por favor! No vengas con estupideces. Toma el maldito dinero y ve a trapear —exigió metiendo el fajo en el bolsillo de la joven. Georgia permaneció de pie sin moverse, pero finalmente tuvo que humillarse. Había caído tan bajo con el único fin de conseguir dinero para su pobre familia a costa del sufrimiento de otros. — Solo seguirá órdenes —se dijo a sí misma en sus pensamientos, antes de volver a sus tareas cotidianas. … — ¿Qué me está diciendo? —preguntó Massimo con la mirada llena de indignación al oficial. — Hijo tienes que calmarte. — ¡¿Cómo pretendes que me calme padre?! Todos ustedes han escuchado lo mismo que yo. Eso quiere decir que mi esposa e hija están vivas. — Señor yo no he dicho eso. Usted se está creando una idea equivocada. — ¡Si estoy en un error, entonces dónde están ellas! — Señor Massimo, ya le explique que el fuego eliminó todo, incluso las cenizas. Es imposible que la señora y la pequeña hayan logrado sobrevivir. — Hijo, tienes que entender que ellas no van… — ¡¡ES QUE NO LO VOY A ACEPTAR!! Ellas están vivas, yo lo sé. Pese a las explicaciones, Massimo se negó a creer una sola palabra del experto. Él se aferraba a esa única esperanza, donde su corazón le decía que Stella y Chiara estaban vivas y nada le haría cambiar de opinión. … Más tarde ese mismo día, toda la familia estaba de vuelta en la casa de Ciudad. La limpieza y reconstrucción de la residencia de campo tomaría un largo tiempo. Tiempo que ellos querían olvidar, por todo lo que representaba. Sin embargo, cuando Massimo entró a la mansión donde vivía con su familia, se llevó con la sorpresa de que la sala estaba llena de adornos florales y en medio habían dos fotos, una de su esposa y la otra de su hija. Ver todo ello fue como un golpe en el estómago, tan duro que lo dejó casi al punto del colapso. — ¿Q-qué significa todo esto? —quiso saber, tratando de mantener la calma—. ¡¿Maldita sea, quién hizo esto?! Ante el estruendo de su voz, Bianca habló: Fui yo, Massimo, se que esto es doloroso para ti, pero también para nosotros y debemos despedir a nuestros dos ángeles como lo merecen. — ¡¿Y quien te dio la potestad para tomar tales decisiones?! — Hijo… —lo llamó Geronimo. — ¡No! Nada de lo que digan va hacer que cambie de opinión ¡Mi mujer está viva y mi hija también! ¿lo entienden? ¡Quiero que quiten todo esto! —ordenó con ira, señalando todo lo que lo rodeaba—. ¡Aquí nadie ha muerto! Pero muy contrario a escucharlo, Bianca caminó a él con paso firme, dándole una repentina y sonora cachetada en la mejilla. — ¡Eres un egoísta! —dijo ella conteniendo el llanto en su mirar—. ¡No eres el único que sufre! Todos aquí amábamos a esas dos personas muy queridas, y tú… —cayó unos segundos al quebrarse su voz—. Te estás comportando de la peor manera. Nos despediremos de Stella y Chiara como Dios lo manda y tú no lo vas a impedir —lo señaló, para después darle la espalda. Con el rostro sombrío, Massimo se alejó, subiendo a las escaleras hasta llegar a su habitación y encerrarse en la oscuridad. — Bianca… El sonido de los sollozos de la mujer hizo que su esposa acudiera a su consuelo. — ¿Por qué Geronimo? ¿Por qué? — Aunque no lo creas querida, apenas puedo con esto. Yo también estoy muriéndome por dentro. … El sepelio fue hecho con autorización de Bianca. Una gran cantidad de personas que conocían y estimaban a Stella acudieron a la ceremonia, el cual representaba ese último último adiós a la dama y su hija. Todos escuchaban atentamente las palabras del cura, entre miradas cargadas de pena y sollozos de tristeza arrojaban las rosas blancas que llevaban en sus manos. Por más que lo veían, no podían aceptarlo. Era duro pensar que jamás verían a esa mujer de dulce sonreír y que alegraba el corazón con sus palabras. — Pobre Massimo… me imagino que debe estar destrozado, supongo que por eso no está aquí —dijo uno de los presentes. — Pobre, perder a su esposa e hija ha sido un duro golpe. No somos nadie para juzgarlo. — No puedo creerlo, siento que esto es una gran injusticia. Ella al fin tenía la vida que merecía y ahora… Carlo se abrazó a Antonella, quién apenas podía mantenerse de pie. — Yo me quiero morir, Carlo… Stella era más que mi amiga, ella era mi hermana de otra madre. Nos conocemos desde antes de nacer, siempre fuimos unidas… ella sabía mis secretos y yo los de ella. Ahora la mitad de mi vida se ha ido. No se si pueda seguir… — El tiempo curará las heridas, querida —dijo Marco recibiendo a Antonella en brazos. Carlo se llevó un pañuelo a los ojos limpiando las lágrimas que rodaban en sus mejillas. «El que cree en mí, vivirá para siempre» El momento de decir Adiós llegó y dada las últimas palabras del cura se dispuso a continuar con lo más duro. De pronto, entre la multitud empezó a darse espacio a la llegada de alguien que se había negado en principio a estar ahí, mas las palabras de su madre y esa cachetada, sirvieron para reflexionar sobre lo que estaba haciendo y por más dura que fuera la verdad, había que aceptarla. «Yo estaré aquí esperándote» recordó las últimas palabras de su esposa. Si tan solo hubiera sabido que todo eso iba a suceder, nunca se habría ido. Hubiera preferido ser él y no ellas. — Siempre te voy a amar. No importa cuánto tiempo pase, nos volveremos a ver mi amor —diciendo esto, Massimo besó los pétalos de una rosa para luego dejarla caer.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD