Serena regresó por la tarde al departamento de su hermano luego de visitar la casa de sus padres, colocó la maleta sobre la cama y separó los broches que la cerraban para desempacar su ropa; una a una comenzó a retirar cada prenda y después colocó todo en el closet vacío.
En la visita a casa de sus padres, su madre le mencionó que la fiesta de bienvenida para ella y para Amy sería dentro de una semana, Serena se pegó al pecho la ultima prenda que sacó de la maleta y soltó un suspiro, era su primer día en la ciudad que la vio nacer y realmente no sabía si quería quedarse y comenzar a ejercer su carrera como diseñadora en H y M tal y como le había ofrecido Benjamin o, regresar a Paris y continuar su vida como solía llevarla, alejada de su familia, pero cerca de ese mundo que tanto le gustaba.
Serena guardó la prenda que sostenía en sus manos y de la nada llegó a ella el recuerdo de Adrien, su aroma exquisito y su voz grave cuando la encontró en el departamento de diseño. Adrien era un hombre serio, frio, pero con una mirada capaz de mojar las bragas de cualquiera a la que mirase. Su gesto altivo y la profundidad de su voz la habían hecho tensarse, deseaba verlo y también tenía una ganas inmensas de besarlo.
Serena sacudió su cabeza pensando que todo eso era absurdo, Adrien jamás se había fijado en ella, pues mientras él comenzaba a experimentar en el mundo y aprendía a manejar la empresa que ahora lideraba, ella era una jovencita a la que él veía solo como la hermanita de su amiga.
Serena hizo una mueca de descontento por las conclusiones creadas en su cabeza, pensaba que la atracción que sentía no era correspondida y lo mejor sería no perder su tiempo pensando en alguien a quien no le importaba su existencia.
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A la mañana siguiente Serena quedó de salir con Amy, esta última quería explorar los centros comerciales de la ciudad y no quería hacerlo sola. Serena se colocó una falda corta color n***o y una blusa con delgados tirantes de color lila, combinó con unas botas largas del color de su falda y salió a encontrarse con su amiga.
Amy comenzó su carrera como modelo desde que tenía dieciocho años, su porte era elegante, ella era muy esbelta y algunos centímetros más alta que Serena.
Ambas recorrieron algunas tiendas y compraron algunas cosas.
—Son casi las dos de la tarde— Expresó Amy observando la hora en el reloj que llevaba en su muñeca.
—¿Tienes algo que hacer? — le preguntó Serena, Amy parecía esperar a alguien.
—Quedé de comer con Adrien, le dije que también venias, no debe tardar— Respondió mirando nuevamente la hora como si ya hubiese pasado mucho tiempo desde la primera vez que miró, pero en esta ocasión la revisó en su celular.
Serena sintió nervios al escucharla, se sentía como una adolescente que escucha la chicharra que indica que comienza la clase con el profesor que le gusta.
Aunque trató de disimularlo y comenzó a peinar sus cabellos rubios con sus dedos.
—Ahí está. Señalo Amy cuando por la puerta de cristal del centro comercial ingresó su hermano, Serena observó a Adrien caminando hacia ellas, se retiraba la gafas oscuras que cubrían sus ojos y las guardaba en el interior de su saco n***o, sus pasos eran firmes y seguros. Serena pasó saliva al observar una vez más lo guapo que siempre se veía.
—¡No deja de sorprenderme tu puntualidad!—Expresó Amy saludando a su hermano, este saludó a Amy y después observó a Serena.
—Hola pequeña— Dijo dando una mirada breve a su atuendo, Serena aclaró su garganta antes de responder.
—Hola Adrien. La voz de Serena era dulce, pero al mismo tiempo su tono era coqueto, si bien se ponía nerviosa con la presencia de Adrien, no dejaba que este notara lo que le provocaba.
—¿Qué quieren comer? — les preguntó y Amy sugirió que fueran por comida china, Adrien accedió retirando las bolsas de las manos de ambas y acudieron al restaurante de comida china dentro del centro comercial.
Una vez adentro buscaron una mesa cerca de la terraza y se sentaron para que un mesero pudiera tomar su orden.
Amy le dijo a su hermano todos los lugares que quería visitar en los dos meses que pretendía quedarse y este le hizo algunas otras sugerencias.
El mesero no tardó con su comida y en cuanto colocó sus platillos sobre la mesa, los tres comenzaron a comer.
—¿Ya pensaste si vas a quedarte? —Preguntó Adrien a Serena con su tono serio haciendo alusión a que sabía el contexto de su llegada, sus ojos estaban fijos sobre los de ella, una mirada que la quemaba, pero que al mismo tiempo y sin que ella lo notara, también lo quemaba a él.
—Aun no lo sé, he pasado mucho tiempo en Paris y estar aquí ahora, se siente extraño— Respondió tomando un poco de arroz con su palillo. Por alguna razón cuando ellos intercambiaban alguna palabra, el ambiente se tensaba, el silencio entre cada palabra se sentía incomodo y un bochorno llegaba. Adrien tomó un poco de carne y la llevó a su boca y después volvió su mirada a la de Serena.
—Comprendo— Respondió él, limpiando las comisuras de su boca con una servilleta. Serena no dijo nada más y continuo comiendo, aunque el nerviosismo de verlo y de entablar una conversación con él, por mínima que esta fuera, aún seguía presente.
—Disculpen— Dijo Amy cuando su celular sonó y salió a la terraza a responder su llamada.
Serena y Adrien quedaron solos en la mesa consumiendo sus alimentos.
—¿Es solo el ambiente europeo lo que echas de menos, o quizá algún chico que espera tu regreso? — preguntó Adrien, sentía curiosidad por saber si había alguien en la vida de Serena, aunque después de formular su pregunta se reprochó así mismo por haberla hecho.
—No, nadie me espera— Respondió Serena, cruzando sus piernas, la mesa donde se encontraban era pequeña y al hacerlo su bota rozó con la pierna de Adrien; este sostuvo su mirada en los ojos verdes de ella, sin apartarse, entonces Serena con su corazón un poco agitado volvió a mover su pie por debajo de la mesa, repitiendo el roce.
—¿Tú tienes a alguien? — preguntó esperando que este negara y cuando lo hizo, una sonrisa de satisfacción se formó en su rostro.
Adrien presionó su mandíbula cuando observó aquel hoyuelo formarse en su mejilla, su sonrisa coqueta y ese segundo roce en su pierna intencionado, fueron suficientes para comprender que su atracción era mutua.
Bebió de la copa con agua a su izquierda y observó con deseo los labios de Serena cuando esta recogió con su lengua el jugo del trozo de pollo agridulce que se había llevado a la boca.
Su mente se debatía entre querer presionar sus labios sobre los de ella y en contenerse, por que no era lo correcto.
Cuando Amy regresó a la mesa ambos quitaron la mirada del otro y continuaron comiendo.
Amy preguntó a Serena si volvería a H y M y esta mirando a Adrien dijo que lo haría.
—Ese lugar es muy interesante—Mencionó sonriente, recordando el departamento de diseño. Serena amaba todo lo que tuviera que ver con la moda, ansiaba volver a crear prendas y ver el área creativa con los diseños de Dereck, era algo que la entusiasmaba.
Adrien bebió agua sintiendo que la comida se le atoraba cuando escuchó que volvería, si bien había pensado que tenía que alejarse de Serena, esta no se lo ponía muy fácil, pues era obvio que la vería más de lo que él quisiera.
Adrien pagó la cuenta y caminó con ellas hasta afuera del centro comercial, colocó las bolsas en la cajuela de su auto y las llevó hasta el departamento de Mauro. Él tenía que regresar a la empresa, pero no quiso que tomaran un taxi.
Una vez afuera del edificio, les entregó las bolsas con sus compras. Amy se despidió de su hermano pidiéndole que no faltara a la fiesta de bienvenida y Adrien solo asintió con la cabeza, Amy se adelantó al interior con las bolsas.
—Quizá te vea mañana, Adela prometió darme un recorrido por H y M— avisó Serena acercándose a Adrien para despedirse. Le gustaba, de verdad le gustaba mucho y aunque se había prometido no gastar tiempo en alguien que no la veía de la misma forma que ella, quiso acercarse a él tanto como pudiera mientras estuviera en California.
—Avísame si lo haces, tal vez yo mismo pueda darte ese recorrido— Mencionó detallándola una última vez con la mirada, una mirada que a Serena le pareció un evidente coqueteo.
—De acuerdo— Respondió ella colocando su mano sobre su brazo y depositando un beso en su mejilla, tan cerca de su boca que pudo palpar la comisura de sus labios.
Adrien ladeó una sonrisa y ajustó su traje para regresar a su auto y volver a la empresa. En el trayecto pensó en ese coqueteo entre ambos que era más que evidente para el otro, los labios de Serena cerca de los suyos y pensó que quizá podría avanzar más, que Serena seguro estaría dispuesta a que algo más se diera entre ambos, de ser así ¿Qué sería lo peor que podría salir de eso? Lo único que tenía que hacer era dejar las cosas claras con Serena, pues él estaba seguro de que no iba a enamorarse.