El taxi dejó a Serena frente al edificio, Serena siguió con la mirada los muros de cristal de la empresa y después la detuvo un momento en el logo grande de la compañía situado justo arriba de las puertas, inhaló hondo y se ajustó las gafas para ingresar al lugar. La recepcionista al observar a la joven rubia la saludó amablemente, pues Benjamin se había encargado de avisar que Serena comenzaría a laborar en H y M esa misma mañana. Con pasos firmes y el mentón en alto, Serena caminó al interior de la empresa, subió por el ascensor y lo detuvo en el piso que la llevaba al departamento de diseño, observó al personal que se encontraba en el área y saludó con respeto a los presentes. —Lo siento, pero tú no puedes estar aquí. Aquellas palabras Serena ya las había escuchado el día que se reen