En el corazón de la capital francesa, el museo del Louvre se vestía de gala para iniciar la última noche de la semana de la moda.
El presentador daba la bienvenida a nuevos diseñadores que se encargarían de crear las prendas más deseadas.
Tras un desfile de Alta Costura personas decididas a aventurarse en el mundo de la moda mostraban sus propuestas; aquello que para muchos solo eran telas costosas, para otros era su carta de presentación ante el amor y la pasión por los diseños, tal como lo era para Serena Evans.
Serena con tan solo veintidós años demostraba su talento al presentar un novedoso diseño elaborado con la más fina seda, un color aperlado elegante formando un vestido glamuroso que era mostrado ante los reflectores por su amiga Amy, convirtiéndose posiblemente en el momento más viral de la semana de la moda parisina.
El diseño de la rubia de grandes ojos verdes recibía los aplausos mientras era mostrado en el cuerpo de Amy. El presentador del evento reiteró que ese diseño pertenecía a una muy talentosa novata y con alegría insto a Serena a salir de bastidores para recibir los aplausos, está lo hizo y entusiasmada mostró una gran sonrisa al recibir su primer reconocimiento como "diseñadora revelación".
—¿Que tal estuve? — Preguntó Amy cuando ingresaron tras bastidores luego de que concluyera el evento.
—Fabulosa, igual que siempre— Respondió Serena luego de brindarle un caluroso abrazo.
—Gracias Amy, no sé qué habría hecho sin ti, solo tú podrías darle esa luz a los diseños— Exclamó con sinceridad a su amiga y una sonrisa genuina.
—No agradezcas, el mérito es tuyo, yo solo camine para que pudieran verlo— Respondió Amy con una sonrisa entusiasta.
Desde muy pequeña Serena fue motivo de alegría para su familia, su gusto por la moda y su manera tan ligera de vivir la vida hicieron que insistiera a sus padres que la dejarán viajar a Francia, pues buscaba hacer su sueño realidad, convertirse en una diseñadora de modas talentosa y reconocida a nivel mundial; esa noche daba un gran salto comenzando a cumplir su sueño y mientras Serena comenzaba con el pie derecho en la industria de la moda, Amy lo hacía en las pasarelas.
Amy era dos años mayor que Serena, ambas convivían como hermanas, tal como lo hacían sus hermanos mayores y esa noche, cerraban con broche de oro la semana de la moda Parisina.
Cuando Amy se retiró el vestido que le había dado a ella y a Serena la dicha más grande hasta el momento, ambas salieron para saludar a sus padres que entusiasmados habían volado desde California para disfrutar de la pasarela en primera fila.
Dos hombres de más de sesenta y cinco años que a pesar de ya no tener la juventud de antes, no dejaban ese porte elegante e imponente, junto a las dos mujeres que se mostraban como madres orgullosas al observar a sus hijas comenzar a cumplir sus sueños.
Arturo Evans y Benjamin Harris celebraron su hazaña entregándoles un hermoso ramo de rosas. —Estuviste fantástica hija— Expresó Benjamin a su hija, estaba realmente orgulloso de ella; acarició su mejilla con su mano mientras los ojos de Amy se iluminaban y después Benjamin se dirigió a Serena.
—Me encantaría que pudieras colaborar como diseñadora en H y M— Manifestó, pues había quedado fascinado con su talento, Serena quedó impactada ante su petición; la empresa en la que laboraban sus hermanos y de la cual incluso eran socios minoritarios, era una de las mejores en el mercado.
Serena y Amy habían anunciado su regreso a California a sus padres semanas atrás y, aunque Serena había dicho que quería regresar para quedarse, una parte de ella se rehusaba a abandonar Paris. —Prometo que voy a pensarlo— Respondió ella con un tono nervioso, pero con genuina alegría en sus ojos.
Lo cierto era que aquella propuesta era repentina y Serena no estaba segura, su carrera apenas comenzaba y tenía miedo de tomar un lugar en H y M y no dar la talla pues a pesar de ser talentosa, aún era novata.
Serena dijo a Benjamin que le tendría una respuesta luego de su regreso a California, después los dejó para contestar algunas preguntas a la prensa, los presentes se habían llevado una grata sorpresa con el surgimiento de Serena como diseñadora y los medios de comunicación no perdieron tiempo y de inmediato comenzaron a preguntar cuál era su reacción ante el recibimiento que le habían dado, qué era lo que la inspiraba y cuáles eran sus planes a futuro. Cuando todo concluyó, Amy y Serena salieron a cenar con sus padres para disfrutar de su éxito en su compañía…
Al siguiente día los padres de ambas decidieron regresar a California, habían pasado varios días en la ciudad de la moda y era momento de regresar, se despidieron de sus hijas.
—Estaremos esperando su regreso, les haremos una fiesta de bienvenida— Dijo Evangeline, la madre de Amy y se despidió de ambas y así mismo lo hizo la madre de Serena.
—Piensa en mi propuesta— Sugirió Benjamin a Serena y ella prometió que lo haría.
Benjamin Harris había liderado H y M por más de 35 años antes de entregarle el mando al mayor de los gemelos Harris y tenía claro el potencial de Serena, no le ofrecía un trabajo por ser la hija menor de su mejor amigo, lo hacía porque de verdad tenía talento.
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Serena era una joven alegre, decidida y que disfrutaba de los lugares repletos de gente y también de ser el centro de atención, razón por la cual se complementaba con Amy y algunos días antes de hacer sus maletas y viajar a su ciudad de origen, decidieron salir y disfrutar de la vida.
Con vestidos ajustados y tacones altos ambas jóvenes bailaron y celebraron de una gran noche en uno de los palcos VIP de la mejor discoteca francesa, sus caderas moviéndose al ritmo de la melodía de moda y sus largas cabelleras golpeando sus hombros y espalda, eran motivo suficiente para llamar la atención de conocidos y extraños. Esa noche bailaron, bebieron y corearon las canciones elegidas por el DJ con tanta potencia hasta sentir sus gargantas rasposas y secas.
Pues esa era la última noche que celebrarían en Paris antes de tomar el avión que las llevaría con sus familias.
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Luego de concluir con sus compromisos en Francia, Serena y Amy empacaron sus pertenencias necesarias y tomaron un vuelo en primera clase para regresar a California, Amy se colocó un pequeño top y un pantalón holgado con unos tacones altos, lo primero que Amy quería hacer al llegar a California era visitar los centros comerciales para adquirir mucha más ropa y por supuesto, aprovechar para contactar a alguna agencia de modelaje y probar su suerte ahí durante su estancia en los Ángeles.
Serena optó por un vestido casual color rojo arriba de la rodilla, a diferencia de su amiga, Serena no tenía un lugar en específico al que quisiera ir, no obstante, sabía que el primer lugar que ella debía visitar era H y M, pues tenía muchas ganas de ver a su hermana Adela.
Durante su estancia en California, decidió quedarse en el pent-house de su hermano Mauro, este era el vicepresidente de H y M, sin embargo, era un hombre que se la pasaba viajando constantemente, a Mauro no le gustaba sentirse atado a una oficina, por lo tanto, llevaba a cabo sus labores desde el extranjero, de esa forma podía encargarse de conseguir nuevos proyectos y al mismo tiempo no sentirse asfixiado dentro de las paredes de una oficina la mayor parte del día. Serena estaba tan acostumbrada a su independencia que sentía de maravilla llegar a un lugar en donde tuviera privacidad; comprar un departamento para ella no era una opción, por lo menos no lo haría mientras no estuviera segura de quedarse.
Mauro accedió sin dudar a que su hermana se instalara en su hogar y pidió a la recepción que le entregaran la copia de su llave de acceso.
Serena dejó su maleta en una de las habitaciones del pent-house de Mauro y sin desempacar tomó un taxi para ir a H y M, quería darle una sorpresa a su hermana Adela, la última vez que la vio fue un año atrás cuando Adela viajo a Paris para sorprender a Serena en su cumpleaños y tenía mucho que platicar con ella.
Serena descendió del taxi y caminó con cierto nerviosismo hasta la recepción de H y M, Mauro ya había solicitado que la dejaran ingresar, así que sin problema subió por el ascensor hasta el piso en donde le indicaron que se encontraba la oficina de su hermana y comenzó a caminar en busca de ella.
Cruzó algunos pasillos y fue entonces que se encontró con el departamento de diseño, igual que una niña pequeña en un parque de diversiones, observó con admiración el área creativa.
Maniquíes con telas hermosas, mesas de diseño con bocetos esparcidos y un área llena de hermosas creaciones fueron algunas de las cosas en las que prestó suma atención; Serena caminó por el lugar detallando cada rincón, por un momento olvidó el motivo por el que había ido, observó asombrada cada prenda postrada sobre ganchos, deseando conocer a quien era el responsable de esos diseños, no prestó atención a la demás gente, ni a lo que la rodeaba, estaba desorientada. Serena dio algunas vueltas sobre su propio eje y fue hasta que sintió que su espalda se estrelló con algo, que se dio cuenta que no estaba viendo por donde caminaba, Serena se quedó estática cuando a su espalda escuchó una voz gruesa, aquello con lo que había impactado era el torso de un hombre.
—Esta no es un área de turismo— Espetó con seriedad el hombre detrás de Serena, esta dio la vuelta de inmediato y elevó su mirada hasta encontrarse con los orbes azules de Adrien Harris.