Diecinueve

964 Words
El martes llegué a la casa y Josh estaba ahí; sonreí, me agradaba encontrarlo. -¿Cenarás con nosotras? –Pregunté emocionada. -Sí – sonrió angelicalmente. Me fui a mi recámara para cambiarme, cuando salí, Josh y Ada estaban jugando; decidí ayudar a Ema a servir la cena, para sumergirme en la ilusión de la familia inexistente. -Ada ya se durmió – me dijo Josh desde la entrada del comedor. -Quisiera hablar contigo, ¿puedes sentarte 5 minutos por favor? –Pedí con nerviosismo. Tenía una fiesta por parte del Comité de Empresas Nacionales, papá me había pedido que asistiera, aunque su pedido había sido más una orden. No quería ir sola, me sentí animada por invitar a Josh, nuestra relación había mejorado un poco después del accidente de Ada. -Amy, me estás poniendo nervioso - tomó mi mano, porque estaba jugando incesantemente con la servilleta. -Lo siento - levanté la vista, él me observaba con intensidad. Apreté los ojos y hablé lo más rápido que puede. -Tengo una fiesta y me gustaría que me acompañaras - abrí los ojos y él estaba viéndome con una sonrisa socarrona. -Está bien - me soltó la mano. -¿Cuándo es? -Preguntó con exceso de confianza. -Es el jueves y tendrías que ir de esmoquin - dije viéndolo mal por su reacción. -¿En esmoquin? ¿De qué es la fiesta? -Cuestionó dubitativo. -Es del Comité de Empresas Nacionales. Es un evento anual y lo estuve evitando desde que empezamos la empresa aquí; pero papá prácticamente me está obligando a ir - revelé con fastidio. -Y me estás arrastrando a tu martirio - me acusó y solo le sonreí culpable. -¿A qué hora quieres que te recoja el jueves? –Preguntó con seriedad. -A las 8 está bien – intenté contener una sonrisa de victoria. -Aquí estaré puntual – se levantó del asiento y caminó hacia la salida. –¡Hasta luego Amy! –Le escuché decir mientras avanzaba, para después oír la puerta cerrándose. El jueves para mi gusto, se tardó en llegar. Estaba tan ansiosa, no solo porque la fiesta en si no me gustaba, los círculos de alta sociedad se caracterizaban por las apariencias y la arrogancia; además, tendría que lidiar con la compañía de Josh, quien si se acercaba lo suficiente, me hacía flaquear. Llegué corriendo de la oficina para darme una ducha rápida, elegí un vestido corte sirena en color azul marino, sin mangas, el escote redondo al frente y en la parte posterior en forma de gota, dejando ver un poco de mi piel; las lentejuelas comenzaban desde el busto, bajando para difuminarse a partir de la cadera. Me hice una simple coleta y coloqué una peineta; además de un maquillaje ligero. Usé aretes y una pulsera de plata. -Amy, ¿de verdad eres tú?! -Preguntó Ada con sorpresa cuando me vio salir de la habitación, sólo pude reír ante su comentario. -¡Claro que si pequeña monstruo! ¿Me veo mal? -Cuestioné con un poco de temor. -¡Por supuesto que no! ¡Luces fantástica! ¡Josh babeara por ti! -Abrí mis ojos con sorpresa y no supe qué decir. Se escuchó la puerta y Ada salió corriendo para abrirla. -¡Josh! -La escuché y me regresé para ponerme los zapatos, un poco de perfume y tomar mi bolso. Salí de la habitación, caminé por el pasillo hacia la sala, para encontrarme de frente con él. Quedé impactada, su cabello perfectamente peinado hacia atrás, sus ojos grises brillando, una sonrisa de lado, y que decir del esmoquin n***o. Me quede ahí, viéndola embobada, y supongo que le gustó cómo me veía, porque él tampoco dijo nada durante algunos segundos, observándome. -¡Te ves hermosa Amy! –Fueron las palabras que salieron de sus labios. Se acercó hasta mí, hizo sus manos hacia atrás, e invadió mi espacio personal cuando se inclinó para besar mi mejilla; de forma suave, y para mi gusto, fugaz. Aunque a quién quiero engañar, también mi corazón en un segundo quería abandonar mi cuerpo, mis piernas temblaron, sentí mucho calor en mi cuerpo; y solo había sido un casto y corto beso en la mejilla. -¡Gra… Gracias! –Pasé un mechón de mi cabello detrás de mí oreja y sonreí tontamente. Él se reincorporó a su posición recta delante de mí, irguiéndose arrogantemente y me ofreció su brazo. -¿Nos vamos? -Preguntó pícaro. -¡Sí! -Tomé su brazo para que camináramos hacia la puerta; por supuesto, Ada cortó el momento. -¡Amy, diviértete! -Me agaché para abrazarla. -No te duermas tarde Ada - sentencié y sonrió traviesamente. Fue el turno de Josh, a quien abrazó y le dijo algo al oído, porque lo vi reírse ante alguna ocurrencia de ella. -Adiós Ada. Obedece: no te duermas tarde - la miró con autoridad. -Sí Josh - le respondió sumisa, provocando en mí una expresión de asombro, con la que los vi a los dos. Josh me ofreció de nuevo su brazo y salimos del apartamento. Me sentía en un cuento de hadas. Para mi sorpresa venía en su coche deportivo. -No te importa que vayamos en mi coche, ¿cierto? -Sentí que se estaba burlando, no entendía por qué, pero él estaba reprimiendo una sonrisa. -Por supuesto que no - dije segura. -Es un clásico, ¿sabías? -Me abrió la puerta del copiloto. -Es un Shelby, ¿no? -Papá también admiraba autos de colección. La expresión le cambió a Josh, mirándome con total conmoción. -Sabes de autos - aseveró, pero solo me encogí de hombros. -Es un AC Cobra - suspiró, y cerró la puerta; para verlo rodear el auto y subir. Cuando encendió el auto, se escuchó música, para mi admiración era trova.

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