Ya situada, en la casa de Matías. Comienza Tati a narrarle toda la crueldad, que oyó de la boca del insensible de Erick. —Lo hubiese oído Matías, como se expresaba de mí tan despectivamente. Yo a ese hombre, le di lo mejor de mí, fui mujer entre sus brazos, se burló mí sin piedad. Erick es un miserable. —Imbécil, me provoca sacar al hombre que llevo, en mi interior y darle una paliza al Erick—manifiesta Matías con coraje. —Yo le daré donde más duele, sin necesidad que lo golpees Mati—señala Tati con seguridad y firmeza. —¿Que harás Tati? —pregunta Matías con rareza. —Haré uso del poder y tomaré, las riendas de Benzzinca como propietaria y no, como una simple secretaria, a las sombras de un jefe injusto y soberbio como Erick. No me quedaré cruzada de brazos Matías. Erick DiNozzo pagar