Capítulo 1: El Romance.
—Eres insaciable Tati, cada día más intensa—comenta el apuesto Erick, mientras arregla su corbata, dentro de su oficina.
—Ja, ja, ja, amor cada vez me cuesta, más ocultar lo nuestro—lo rodea Tatiana por la cintura
—Tienes que hacer un esfuerzo, hazlo por mí—él hace ligeramente pucheros—arréglate cariño.
—Ya me arreglé—comenta Tati, Erick abre sus ojos como un plato y murmura mentalmente:
«Wao merezco un óscar, con qué mujer tan fea, me estoy acostando». Ladea la cabeza, éste arrogante galán.
—Amor tenemos una conversación pendiente—apunta Erick.
—Si cariño, cuando quieras hablamos, mientras tengo que finiquitar los detalles de la junta, acomodar los balances, que debes de presentar, para que solo dirijas la reunión como siempre—esboza un sutil suspiro, la muy tonta enamorada.
—Gracias, que haría yo sin ti, mi tati tan… audaz—se reserva la palabra “Linda”, le da un ligero beso en los labios.
Sale Tati y se acomoda en su escritorio, sonríe con picardía, al recordar todo lo, que acaba de ocurrir en la oficina de Erick, su jefe.
Tatiana Lagos, es una chica sencilla de unos veintiocho años de edad, muy inteligente eso sí, trabaja desde hace cinco años para la Constructora DiNozzo, al principio trabajo como secretaria para el área de finanzas, pero el señor Salvatore DiNozzo padre de Erick, vio gran potencial en ella y la invito a trabajar junto con él en presidencia, pero su estado de salud se complicó, y el señor tuvo que dejar la compañía, en manos de su apuesto y arrogante hijo Erick, quien se aprovecha de los conocimientos de la dulce Tati, para sacar partido con su nuevo puesto.
—Tati aquí tienes los informes, que tiene que revisar Erick—le comenta la secretaria de Finanzas Mara Cassiano.
—Gracias Mara, ya los reviso.
—¿Tú? Debe de hacerlo Erick, Tati no me gusta, como ese tipo se aprovecha de ti. Tu eres, quien mantiene de pie, esta compañía siendo una simple secretaria.
—Por favor Mara, el pobre Erick necesita ayuda y para eso estoy yo, para apoyarlo.
—Querida abre los ojos, por favor te lo ruego—le suplica su amiga—si el señor DiNozzo, no se hubiese ido tú seguramente, tendrías un puesto directivo ya él te lo había ofrecido, el cual Erick se niega a darte, Erick es un canalla nada que ver con su padre.
Mara y todos en la oficina, desconocen de la relación secreta, que mantienen Erick y Tatiana.
—Amiga, descuida yo los reviso y luego se los paso a Erick, para que lo chequee nuevamente.
—No tienes remedio Tati, sé que te gusta ese sujeto. Pero date cuenta, jamás un hombre como él se fijaría en ti—sin saber que, desde hace algunos meses, mantienen un tórrido romance.
—Gracias por preocuparte por mí, pero yo tengo claro, cuál es mi lugar.
—Ay Tatiana. Vamos almorzar más tarde yo te invito.
—Está bien, en un rato nos vemos en recepción.
*****
En la mansión DiNozzo…
Su padre Salvatore, se encuentra en compañía de su hijo menor Marlon, quien es un joven apuesto y muy noble a diferencia de Erick. Trabaja como arquitecto en la constructora DiNozzo, y es muy amigo de Tatiana.
—Papá ¿Piensas volver a la constructora? —pregunta su hijo Marlon.
—Claro hijo, me ausente por mi estado de salud, pero pronto estaré de vuelta, para estar al frente del negocio. Aunque tu hermano no lo hecho nada mal, a pesar de que al principio tenía mis dudas.
—Por Dios, es un secreto a voces, que es Tatiana, la que se ocupa de todos los asuntos de presidencia. Erick lo único, que hace es firmar.
—Tatiana, esa joven tiene talento. Cuando me incorpore, te juro hijo, que le haré justicia a la muchacha y la pondré en muy buen puesto.
—Muy bien papá, Tati se lo merece.
—¿Hablan de Tatiana la fea secretaria? —irrumpe en la conversación Mónica, la esposa del señor Salvatore.
—Por favor mamá, no le digas así, no juzgues a la gente por su apariencia—refuta su hijo Marlon.
—Ay hijo, ya sabes cómo es tu madre. Muy superficial—expresa el buen Salvatore.
—Ahora se ponen en mi contra, por defender a la fea esa. Definitivamente el único, que me entiende es mi hermoso hijo Erick.
—Claro si es igual, que tú mamá—enfatiza Marlon.
—Respétame Marlon soy tu madre.
—Bueno papá, voy a la oficina. Te dejo con mi madre y sus dramas.
—Marlon, ven aquí discúlpate conmigo, Marlon—lo llama su madre con insistencia.
—Déjalo mujer, Marlon tiene razón, eres muy dramática.
—Oí, cuando decías que le harías justicia a la fea ¿A qué te referías?
—A darle un mejor puesto.
—Me rehúso a que lo hagas, por Dios Salvatore abre los ojos, esa chica podrá ser muy inteligente si, y una computadora con patas. Pero es feísima, le daría mala imagen a la constructora, piensa en el negocio, todo entra por los ojos.
—Tu definitivamente no vas a cambiar, es mi empresa y son mis decisiones mujer.
—Deberías de pensar de una vez en jubilarte, y dejar a Erick a cargo de todo. Como presidente lo está haciendo de maravilla, a parte con el garbo y distinción que se proyecta mi hijo, hace que el negocio prospere.
—Por favor, no digas tonterías, que mi la empresa no es una franquicia de belleza, como las que sueles tu patrocinar, es una constructora, y se requiere más que belleza, para sobresalir.
—De igual manera, como tu esposa te exijo, que no asciendas a la lagarta esa. Es muy fea Salvatore. Me opongo rotundamente—frunce su esposa el ceño con rabia.
—Mónica es mi empresa, son mis reglas. Y claro, que volveré a liderar la compañía, no confío para nada en tu hijo favorito.
—Seguro Marlon, te metió ideas en la cabeza, en contra de su hermano. Pareciera que envidiara a mi Erick.
—Y sigues con los disparates mujer, que lo va a estar envidiando si son hermanos. Marlon me parece más razonable que Erick, y para que te enteres, es la fea esa como le dices, quien lleva las riendas de la constructora, me voy a acostar, hablar contigo me produce jaquecas.
Se queda Mónica muy pensativa y molesta en la sala, musita mentalmente:
«No voy a permitir que esa fea, ascienda de puesto. Desde ya la aborrezco, por ser tan horrible». Sin saber que esa fea, como ella menciona, sostiene un tórrido romance con su primogénito, Ja, ja, ja. Vaya suegrita, a la que se tiene, que enfrentar la pobre Tati.
*****
Nuevamente en la constructora DiNozzo…
Allí estaban echando el chisme, el bellísimo Erick en compañía, de su fiel amigo y aliado Benjamín.
—¿Cómo te va con la fea?
—Hasta ahora de maravilla.
—Tienes estómago y aguante amigo—hace una mueca despectiva, Benjamín con su boca.
—Tengo, que ser fuerte, es por una noble causa—menciona Erick sonriendo con cinismo.
—¿Cuándo arrancamos con nuestro negocio?
—Ya tenemos todo listo. En un par de días hago, que Tatiana firme los documentos.
—¿Por qué no dejas, la presidencia en manos de Marlon o de Aníbal? Así nosotros nos vamos trabajar, a tiempo completo en nuestro proyecto.
—De ninguna manera, recuerda que estoy desviando recursos de la constructora, para empezar nuestro negocio.
—¿Tatiana lo sabe? —pregunta Ben.
—Directamente no.
—Es muy audaz con los negocios, se puede dar cuenta y mira que la fea, es honesta y aparte adora a tu padre. Por ser el único, que le dio trabajo, sin importarle su foto del curriculum—dispara Ben una carcajada, burlándose de Tati.
—Ja, ja, ja. Lo recuerdo cuando yo la vi, me rehusé a contratarla. Pero, bueno el viejo se empeñó. En parte hizo muy bien, me ha servido de mucho—bosqueja Erick una sonrisa jactanciosa.
—Y está cada día más enamorada de ti, por eso no te objeta en nada.
—En lo absoluto, la tengo comiendo de mi mano—arquea Erick la ceja.
—Y en otros platos supongo—comenta Ben esbozando una sonrisa picara.
—Aunque te confieso, que la fea tiene lo suyo, a la hora de aquellito.
—Ja, ja, ja, eres terrible Erick.
—Y guapo también y mucho, ja, ja, ja. Tengo una cita con Gabriella, me tiene babeando por ella, la muy condenada.
—¿Gabriella Lombardi, la reina de belleza? —pregunta Ben con admiración.
—Esa misma, recuerdas que mi madre, forma parte de esos concursos. En el fondo mi vieja, es una modelo frustrada. La pobre, no pudo hacer realidad, su sueño de ser la mujer más bella de Europa.
—Tu madre es bellísima, con todo respeto te lo digo hermano.
—A ella herede, mi imponente físico. El cual utilizo, para sacar partido de muchas situaciones, tengo que aprovechar ante que la belleza se acabe—sonríe el muy presumido.
—Volviendo al tema de los desvíos de recursos ¿Ya tienes el suficiente capital?
—Completamente, y ni cuenta se dio la comitiva. Tatiana sin saber maquilló perfectamente los balances, así que pronto. La haremos firmar el contrato, donde ella será la propietaria legal de nuestra nueva empresa, desde ya he empezado a seleccionar, a algunos clientes para comenzar a operar.
—Todo esta listo, me encanta—sonríe Ben, con aire de triunfo.
—Más que listo. Tatiana será la nueva dueña temporal, de la constructora Benzzinca. Y nosotros nos haremos, muy ricos a costa de la inteligencia e ingenio de mi amada horripilante.
—Esto es para celebrarlo—apunta Ben.
—Vamos por unos tragos, Tati se encarga de todo en la empresa. Amo este puesto y la libertad con la que Tati me hace conducir en la vida.
—Viva Tati entonces, la fea más linda—se carajean juntos.
¿Qué haría Tati, si se entera de toda la verdad?