Casa de Tatiana. Su madre, está extremadamente angustiada, por los constantes malestares de Tatiana, que cada día son más notorio, su esposo Esteban quién no es nada tonto, ya sospecha que algo esconden juntas. Por lo que, enfrenta a su mujer: —Cuidado Amanda y me están, ocultando algo Tatiana y tú. Lleva algunos días, sin ir al trabajo y eso me parece bastante raro, ya que Tatiana, no es de las que toma vacaciones—la mira con recelo. —¿Está prohibido enfermarse ahora? —reclama Amanda, buscando de persuadirlo. —No lo está, pero no comprendo su negativa que, la acompañe para ir al hospital. Allí si sabrán curarla y no, tus tés de manzanilla y tilo, que dicho sea de paso saben horrible—hace Esteban un gesto de asco, por los tés que prepara su esposa. —Cuando tú no andas, de pocas pulgas