Erick, no desaprovecha el tiempo y velozmente, va a su encuentro con su padre biológico, ya Mónica previamente, había concordado una cita entre ambos. Toca el timbre, del lujoso pent-house y Pierre, personalmente abre la puerta y Erick, lo mira aprehensión. —Buen día—musita Erick, observando todo con extrañeza. —Pasa hijo—exclama Pierre con serenidad. —Muy bien, le dije a mi madre que, acordará un encuentro contigo, sigo todavía muy conmovido con ésta noticia—expone Erick. Mientras que, mira detalladamente todo el espacio y lo recorre muy sutilmente. —Erick lo siento, perdóname. Por lo que te dije ayer, me extralimite y te trate muy mal. Tú no tienes la culpa de nada. En cuanto, a lo otro, allí si eres muy culpable y eso, es lo que me decepciona de ti—detalle Pierre. Calla velozment