Recuerdo que mi madre siempre me decía que perdonar era de sabios, así como también recuerdo a mi padre decir: “castiga a los que te envidian haciendo el bien”, pero lo nunca dijo, era lo difícil que podía ser cuando se trataba de alguien que fue tan importante en tu vida y no te hizo mal alguno en el pasado, o al menos eso creo, y recibir la visita de Carlos, quien insistía en hablar conmigo no sé de qué cosa, no era tan fácil para mí pues no sabía con qué me saldría.
—Ahora estoy ocupado, será en otra ocasión —intenté cerrar la puerta, pero él lo impidió.
—Solo serán unos minutos, he intentado contactarme contigo, pero siempre se va a buzón.
—Cambié de número y como dije, estoy ocupado.
—Andrés, sé que la cagué en grande, pero por favor, por nuestra amistad y aquellos buenos tiempos, solo dame unos minutos.
Presiento que me arrepentiré después, pero quizás algo bueno salga de esto, no lo sé, supongo que la única forma de descubrirlo es afrontarlo.
—Está bien, pasa.
Esto era demasiado incómodo, frustrante y en cierta medida doloroso, ojalá alguien me dijera si hago bien o no al escucharlo.
—Antes que nada, quisiera pedirte perdón por lo ocurrido con Catalina, sé que no debí meterme con ella, pero las cosas se nos salieron de las manos y…
—¿A qué viniste, Carlos? Porque la verdad no quiero escuchar sobre eso, es demasiado el daño que me ocasionaron y lo que menos quiero hacer es revivirlo, pero lo que sí quiero saber es qué mal te hice para que me traicionaras de esa forma.
—No hiciste nada malo, yo fui quien lo arruinó.
—¿Y por qué Catalina? Tenías a todas las mujeres que querías ¿y justo tenías que meterte con mi novia? ¿No te importó nuestros años de amistad? ¿Tan poca cosa valieron para ti?
—No sabría darte una explicación válida, solo fue un error que después se salió de control y terminó como lo viste, pero Catalina sí quería estar contigo, quería casarse contigo, es solo que esa noche tomamos demasiado y nos dejamos llevar.
—Claro, tomaron tanto que a ella se le olvidó la dirección de su casa que, valga resaltar, era incluso más cerca desde la de Lucho en comparación con la tuya.
—¡Sé que sí, pero fue mi culpa, no de ella! —vociferó exasperado—. Yo insistí y sé que hice mal, pero todo fue carnal, Andrés, había mucho fuego entre nosotros y las cosas se salieron de control, pero en verdad estoy arrepentido, lamento muchísimo lo que te hicimos.
Aun cuando se le notaba arrepentido y desesperado porque lo perdonase, no logró conmoverme su insulso discurso que sonó más como una excusa barata.
—Una disculpa no basta para reponer dos años de relación con ella, quince años de amistad contigo y un sentimiento tan profundo como el que tenía por Catalina ¡y más por lo que viví con mis ex y que tú conoces bien al ser testigo directo! —sentí que me estaba acalorando con esta conversación, así que respiré profundo antes de hacer algo de lo que pudiese arrepentirme.
Quizás no tenga la historia completa entre ellos y tampoco me pasaré días, meses o siquiera años intentando averiguarla, pero al menos esperaba que me diera bases sólidas y no excusas endebles que incrementaran mi decepción.
—¿Sabes qué? Olvida el tema y mejor dime a qué viniste porque no tengo tiempo que perder.
—Sé que sonará descarado de mi parte, pero quiero pedirte ayuda —por fin una verdad—… No sé si lo sepas, pero ahora no estoy pasando por una buena racha y me gustaría contar con tu apoyo.
—¿Qué tipo de apoyo? Porque hasta donde yo sé no soy modelo ni actor.
—Lo sé, pero creí que quizás podríamos participar en algún evento, conozco a varias personas y podríamos organizar algo para hacer un donativo o no sé, lo que sea.
—Vienes a pedirme apoyo en tu carrera ¿y ni siquiera trajiste una idea o algo en qué trabajar?
—Estoy desesperado, no sé qué más hacer y creí que podrías ayudarme, tú siempre tuviste buenas ideas desde la escuela.
—Lo siento, pero no hay nada en lo que te pueda ayudar y menos si vienes con las manos vacías, así que si eso es todo…
—¡No, espera! De verdad necesito ayuda, Lucho me abandonó y no ha querido hacer su trabajo conmigo, al menos habla con él y dile…
—No le diré nada —interrumpí tajante—, esto no es asunto mío y si estás insatisfecho con el trabajo de Lucho, entonces deberías hablar con él o buscar otro agente que te represente si no estás contento con el que tienes.
—Andy, por favor.
—Deja de decirme así, ese derecho lo perdiste desde el primer momento en que te tiraste a mi ex, ahora sal, tengo trabajo pendiente.
—Andrés… No había querido decírtelo, pero Catalina y yo no fuimos los únicos que te traicionamos, Lucho también.
—Si te refieres a que él me ocultó su amorío, sí, ya lo sabía, pero al menos él sí tuvo el valor de decírmelo.
Es increíble que haya querido usar esa carta contra nosotros, pero más lo era su cara de sorpresa ante la noticia, es evidente que está desesperado.
—¿No te enoja?
—Hay mucha diferencia, Carlos, porque al final del día, él no era el amante de mi ex novia ni se la tiró a sabiendas de que ya estaba comprometida conmigo y no solo eso, sino que también fue la única persona que se siguió preocupando por todos e intentó que ustedes se detuvieran, pero ninguno de los dos quiso.
—Ya te explique, bebimos mucho y…
—¡Y muchas veces estuvieron sin alcohol! —grité furioso, ya estaba cansado de sus ridículas excusas— ¡Quizás se encontraron en tu casa, en la de ella, en el trabajo o yo qué sé en dónde más, pero sé que no en todas estuvieron ebrios, así que deja de usar el alcohol como pretexto!
—¿Q-Quien te lo dijo? —strike dos… y con la misma jugada…
—Mira si es curiosa la vida… —bufé decepcionado y un poco asqueado solo de imaginarlos—. Nadie me lo dijo, pero tú acabaste de confirmar mis sospechas, Carlos, ahora con mayor razón te pido que te vayas, no tenemos nada más de qué hablar.
Asombrado, acorralado y sin más opciones, se fue sin decir nada dejándome con el puñal más adentro de lo que estaba, no sabía si faltaba más por enterrar, pero será mejor que busque una forma de quitármelo o esta herida permanecerá abierta y es lo que menos deseo.