Observó la cadena que esa mujer tiene colgando en su cuello y dice Milena, ese debe ser su nombre Ella se sienta y yo manejo, cada pedaleo que doy es una oportunidad para que ella se aproveche, voy siguiendo la ubicación que sus manos me dan, ese sitio parece un hueco, quizás tengo que mantener mi sencillez, para no ofender a los que están más abajo.
—No estoy muy convencido, sí ya llegamos —hablo dudando, ella se ríe sin parar me abraza para que me baje, perderé menos si me quedo con las ganas de saber cuáles son los secretos que hay adentro.
—Mejor no esperemos como dos estúpidos, tu manera de vivir puede cambiar cuando dejes de afanarte, y veas que hay un más allá del que podrás escapar para siempre, eso es bastante agradable. —Ella acuesta la bici sobre la calle toda despreocupada, c
