Mis piernas están temblando, ya quitaron el candado de la puerta lo que quiere decir que en pocos segundos estaré adentro, mi mamá sale y su rostro está muy tenso, cargada de molestia me da un jalonazo entrándome al instante, la puerta es cerrada de un solo empujón. Precisamente como todo un señor está ahí sentado Fernando, no sé hasta que punto ella lo va permitir sobre nosotras, solo necesito que mi mamá abra los ojos y no permita que la engañé más, porque se está aprovechando de su confianza esa que tanto ella le ofrece por agradecimiento. —¿Helena qué te pasa? Eres muy inconsciente, solo estás pensando en ti, yo te di la vida por eso me duele todo lo que te sucede ¿Dónde estabas metida? No me vayas a salir con excusas ¡te escapaste toda la noche! jamás te habías comportado así, y más