Ya ha pasado una semana desde que llegué a Los Ángeles, una semana de lo más extraña porque los días pasan muy lento, porque el dolor y la melancolía se han vuelto mis mejores compañeros, pensé que quizás después de un tiempo me sentiría mejor, que la presión que causa el dolor en mi pecho se iría apagando, desvaneciendo por completo, pero sigo estando igual, o quizás incluso estoy peor, creo que cada día que pasa me duele más el hecho no estar cerca de mis padres, no me acostumbro a esta nueva vida, cada día me hacen más falta, los necesito más y mis sentimientos de malestar van en picada, empeorando con gran rapidez, además de que con el paso del tiempo más dudas se fundan en mi interior y no existe una forma para que logre encontrar las respuestas, no sé si algún día la haya. Guardo la