Prefacio
El universo es un lugar tan grande e infinito, con dimensiones desconocidas, comparada con esa inmensidad, la tierra es como un grano de arena y nosotros los seres humanos, tan pequeños como una bacteria que se debe ver con un microscopio. Solemos decir que la vida es un instante, nuestro paso en este gran universo casi ni se siente, un día estamos y al siguiente ya no lo sabemos. Somos un segundo en unidad de tiempo, y jamás lo había sentido tan real como en este preciso instante, cuando en menos de un segundo mi mundo entero se derrumbó. De a partir de aquí cada cosa en mi vida cambió y no sé si estaré lista para afrontar todo lo que vendrá.
A todas las personas les toca enfrentar diferentes cosas en su vida, a algunos les presentan muchos más obstáculos que a otros, pero de todos modos a cada individuo alguna vez le toca pasar por momentos extremadamente difíciles, es parte de la vida, tan presente y obligatorio como una ley. Ese obstáculo que se nos presenta varía dependiendo de la persona, puede ser una enfermedad, la muerte de un familiar, problemas económicos, un abandono, o un millón de cosas más, porque los problemas son distintos para cada ser humano. El punto es que siempre nos va a tocar sufrir a pesar de que no lo queramos, aunque no lo merezcamos, porque es parte de vivir, de crecer, para aprender y convertirnos en mejores personas de lo que somos hoy, es lo que nos llevará a prepararnos para el futuro. Como es inevitable debemos aprender a superar los problemas, encontrar el método para salir adelante, aunque no sea algo fácil, aunque parezca imposible, aunque duela tanto que nos cueste respirar, no debemos estancarnos porque la vida es corta, mínima, y para este gran universo es insignificante. Por eso hay que vivirla al máximo para que nuestra estadía en la tierra tenga un significado. Merece la pena luchar por alcanzar esa felicidad que nos haga sentirnos importantes, luchar por reencontrarnos con esa persona que fuimos alguna vez antes de que la desgracia nos invadiera, antes de que nuestro mundo cambiara. Volver a ser esas personas agradables, felices, sonrientes, llenas de vida, optimistas que siempre quieren lo mejor para los demás y por supuesto que también lo buscan para sí mismos. Porque también debemos valorarnos a nosotros, querernos, amarnos, porque para querer a alguien más primero hay que empezar por quererse a uno mismo, y para querernos debemos superar todo lo que nos ha hecho mal.
Seremos pequeños en este universo tan infinito, pero somos fundamentales, porque de toda esa gran inmensidad, la tierra es el único lugar que tiene vida conocida y si en un espacio tan inmenso, solo nosotros tenemos esa oportunidad, entonces debemos hacer que valga la pena.
Brittany Anderson es una chica Inglesa, nacida en la ciudad de Londres. Una ciudad hermosa, llena de magia, donde ha vivido toda su vida porque este es el único sitio que ella conoce, sabe que el mundo tiene un millón de cosas para ofrecerle, pero aquí está contenta porque vive junto a las personas que más quiere, su padre y su madre. Ella es una chica muy buena, dulce, con un gran corazón y una personalidad que todo el mundo adora, por lo tanto, tiene muchos amigos con los cuales ha vivido cosas increíbles.
No obstante, un día su familia de pronto desaparecerá, sin explicación se irán de su vida, y esa será la gran piedra que se interpondrá en el camino de Brittany. Por primera vez se verá obligada a dejar atrás a las personas que más quiere en el mundo, y sin siquiera lograr entenderlo. Este es el obstáculo que provocará en ella un gran cambio de personalidad, pasará a ser una chica fría, triste, antisocial, que se alejara de las personas, por miedo a volver a perder a aquellos a quienes ama, por miedo a volver a ser abandonada porque sabe bien que no podrá volver a soportar algo semejante.
¿Existirá algo que pueda hacer que Britt sea la misma de antes? Pero lo más importante es saber si ella después de tanto sufrimiento podrá seguir adelante.