40. Entre la espada y la pared
Sara
—Vamos. —Dante vino por mí para llevarme a la empresa de mi madre. Mi prima Vana ya debe estar esperándome.
—¿Vas a necesitar que te espere? Tengo que ir con Demonio, me llamó para que vaya.
Cuando me habla del hombre al cual ayudamos, un escalofrío me recorre.
—Dante. Mientras estaba con Dax, Damon me envió una fotografía de mis sobrinas. No entendí por que lo hizo. ¿Tú le dijiste donde estaba? —Veo que se queda callado. ¿Qué me oculta?
—No, no le dije, pero creo que debe estar vigilándote. Debes tener mucho cuidado. Demonio cada día se obsesiona más contigo y me da miedo que pueda hacerte algo y que yo no esté para protegerte. Prometí hacerlo y voy a cumplir a pesar de todo.
Mi amigo me recuerda nuestra vieja promesa de niños
