Sentada en el bar que está fuera del trabajo, espero paciente a que Alondra haga su aparición. Miro la hora porque debo volver al trabajo y terminar el mismo a tiempo. No quiero llegar tarde a casa y empacar de manera apresurada el pequeño equipaje que Jared me pidió hacer. Hoy comenzaba nuestro fin de semana. Y estoy ansiosa por saber qué haremos. Aunque a estas alturas me conformo con pasar tiempo encerrada con el hombre. Me remuevo ante el pensamiento. Miro mi móvil y cuando levanto la vista veo a mi amiga atravesar el bar, enfundada un elegante traje sastre n***o, con tacones de color rojo y su cabello hecho. Lo que me dice que viene de su consultorio. Cuando la miro no puedo evitar sonreír al ver que mi serio hermano ha conseguido su polo opuesto. —Al fin llegas —digo en modo de