—A ver. Dame dos razones para no darte un par de bofetadas. Levanto la vista de mi computador para ver a Alondra entrar como un huracán a mi oficina. Suspiro. —Alondra. —Alondra, nada. Vas a decirme en que estás pensando al casarte con el imbécil de Mike y dejar a Jared. —Si quieres, grítalo a los cuatro vientos —la fulmino con la mirada. —Perdón —espeta —Pero es la verdad —sus ojos echan chispas. —¿Quién te dijo lo ocurrido? Me da una mirada de ¿Tú quien crees? —¿Sabes lo hiriente es que tu mejor amiga no tenga la decencia de decirte que piensa casarse? —¿De verdad me estás reprochando eso, después de lo sucedido entre tú y Dylan? — la miro sin dar crédito su reclamo —Y por lo que veo, ya se han arreglado —se remueve Gracias por contarme. —Eres rastrera —susurra, pero un amago