Cuando la cena termina, la noche está lejos de hacerlo. Todos han vuelto al salón y la bebida fluye sin problemas. Mike se ha tomado algunos tragos de más y está intenso. Quiere que me vaya con él a pasar la noche en su departamento. —Ven conmigo —me toma de la mano —quiero enseñarte algo. Mike tira de mí y me lleva al jardín que está solitario. Ahí, me pega contra una de las columnas y me besa. Mientras me pide que vaya con él. —Venga, bollito hace un par de semanas que no estamos juntos. —Lo sé —suspiro —Solo que he tenido mucho trabajo y luego, sabes que no estaba dispuesta. Frunce el ceño. Cuando estoy en mis días, Mike corre colina abajo. El hombre no me toca cuando es esa época del mes. Es como si tuviera un anuncio de advertencia encima. —Le prometí a mamá que iba a pasar l