Echo los pensamientos al viento y lo beso. Él parece sorprendido, pero enseguida me responde. Esta vez soy yo la que le come la boca y la sensación que antes sentí, está ahí. Me alejo solo unos milímetros. —Llévame a la cama, Jared. Sus ojos me estudian un momento antes de inclinarse un poco y echarme sobre sus hombros. Ahogo un grito de sorpresa y este pone la planta de su mano en mi trasero para asegurarme mientras su brazo sostiene mis piernas. —La última puerta —le indico. Cuando abre la misma. Las luces están encendías. Un segundo esto mirando el piso y al siguiente reboto en mi cama. Lo miro desde mi posición y sale de sus zapatos antes de subir a la cama como un depredador. Yo, soy su presa. Mientras se acerca me saco la camiseta y la arrojo lejos de mí. Jared se mete e