Días después, Liam se encontraba en su oficina, aun le daba vueltas en la cabeza, como la madre del hijo de Elliot, había permitido que estuviera con Emma, quizás se lo habían quitado mediante algún juicio, tenía que ser sincero con él mismo, si esa mujer no lo hubiera engañado, le hubiera gustado tener un par de hijos con ella.
Escuchó de pronto que su secretaria tocaba a la puerta, se escuchaban murmullos fuera, se levantó molesto, había dicho claramente que no quería que lo molestaran.
—Señorita, le dije muy claro que no quiero que me molesten. —Dijo al abrir la puerta, se quedó callado al ver que era lo que estaba ocurriendo, ¿Qué demonios hacía allí toda esa gente? Iba a preguntar, cuando de repente detrás de un grupo de hombres, apareció Emma, y por supuesto a su lado estaba Elliot
