Al estar en el salón no podía dejar de pensar en lo que ese tipo me había dicho. Era imposible que yo pudiera viajar en el tiempo sola. Pero entonces, cómo lo había hecho está vez.
—Adria.— Al ver a Jude.tomando asiento me sentí aliviada. No podíamos hablar de nada ya que debía estar atenta a la clase, pero al salir tendría que hacerle miles de preguntas.
Cuando la jornada acabó le dije a Jude que se apresura a salir. Lo llevé a la parte trasera del edificio de la facultad y al estar solos pensé en el día en que mi madre murió y cerré mis ojos. Intenté hacer lo mismo que hice con el loco que me secuestró. Sin embargo, al abrir los ojos seguí frente a Jude.
—¿Qué haces?— me preguntó con una mueca en su rostro y los brazos cruzados. Suspiré.
—Algo muy tonto.— Solté decepcionada. —Escucha
