Al estar en casa, a solas no pude salir para enfrentar a Jude. No sabía por qué es que comencé a sentirme de está forma luego de las palabras de Hebe. Probablemente solo me estaba sugestionando. No podía gustarle a Jude y él tampoco podía gustarme. Vamos, él es un chico apuesto, pero su actitud es un problema y Oliver es lindo y amable.
Momento, ¿por qué los estoy comparando?
—¿No vas a almorzar? — la voz de Jude hizo que levantara mi cabeza. Tenía que enfrentarlo. Me acerqué a la puerta y lo miré apoyado en la pared frente a mí.
—Hice spaghetti. — Lo miré con una ceja alzada. —¿Sigues enfadada por lo que Silas hizo? — Me crucé de brazos. La verdad es que ya lo había olvidado, pero quería saber qué diría. —Bien, lo siento. Lamento no haberlo detenido. — Sonreí internamente.
—Vamos a co
