Aun estaba siendo arrastrada luego de varios minutos y ya me comenzaban a doler los brazos. —Ya déjenme… — forcejeé un poco pero ninguno de los dos cedió, eran más fuertes que yo lastimosamente. —No. — respondieron al unísono y yo suspiré. —Suéltenme o les rompo la cara a ambos. Yo no hago amenazas que no puedo cumplir. Ellos intercambiaron miradas y me soltaron bruscamente haciendo que cayera sobre la fría nieve. —Son unos inmaduros. — reproché y ellos pusieron cara de cachorrito — ¿Qué les sucede? —A nosotros nada, pero a ti… — murmuró Alex frunciendo el ceño. —Sí, ¡nos abandonaste con Tatiane! — me gritó Elias —Ustedes se estaban divirtiendo más con ella. — me defendí — Pensé que era un mal cuarteto así que fui a divertirme yo misma en Hyndlay & Hynse. Alexander sonrió y me