Cuando terminaron las fiestas, tuvimos que regresar a Dartford. Una vez más, abordamos el tren en el último vagón. A medida que el tren avanzaba, a mí solo me entraban más y más ganas de dormir. Me recosté en el hombro de Elias y me quedé dormida hasta que el tren se detuvo cerca del castillo. Tomé mi túnica gris y salí junto con Alex y Elias hacia los carruajes que nos llevarían al castillo. Maurice y Madok Scamston estaban dándole de comer algunas hierbas a unos pegasos que jalaban de los carruajes. Como se veían muy ocupados y fascinados no los interrumpí. Luego de los diez minutos de estar siendo transportados por los pegasos, llegamos al castillo. Abrieron las puertas y todos ingresaron hacia el comedor donde se estaría celebrando el retorno a clases y el desayuno. Como es un área s