Capítulo 11: Salida

1183 Words
—Este es plan, salimos fuera, tomamos el ascensor, y luego fingimos que estábamos perdidos. — hablo Bethany a Cole.   —Me parece una buena mentira. — él se encogió de hombros, luego de guardar toda información que tenían, y copiarla en su portátil, se sentía calmado, en su mente su arriesgada misión ya había tenido frutos, pero ella no podía estar tan calmada, bajaría la guardia cuando estuviera en su casa, envuelta en las sabanas de su cama, sin que nadie sospechara que había violado un sistema del gobierno, que de seguro valía unos cuantos millones.   La joven abrió la puerta con sumo cuidado, sacando primero su cabeza, buscando alguna persona que pudiera delatarles, no encontró a nadie, actuando como si nada se aproximaron al ascensor, presionaron el botón y esperaron que las puertas de la máquina les dejaran pasar, la razón por la que la no lo utilizaron antes, era sencilla, el pequeño ruido que hacía al llegar a un piso, podría delatarlos con la mujer que estaba en lobby, ella imaginó que a esas horas se encontraría con un vigilante resguardando el ingreso de personas, pero al parecer contaban con personal de oficina para las largas noches. El elevador llegó a su piso con su típico sonido, ellos ingresaron y presionaron el botón de planta baja, Bethany seguía nerviosa, sentía que en cualquier momento iban a cacharlos, descubrirían lo que hicieron e irían a prisión, por supuesto que estaba nerviosa, observo al chico a su lado con irritación, tan tranquilo como un vegetal, incluso tarareaba la melodía que se escuchaba dentro de la cabina.   — ¿Cómo puedes estar tan calmado? — le lanzo airada, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.   —Porque la peor parte ya está hecha, de aquí al final de nuestra misión se encuentran unos cuantos pasos, mientras ninguno de los dos parezca culpable, saldremos de esto. — él le dedico una mira alentadora. — así que deja la actitud de delincuente, tu relajada.   —Es que somos unos delincuentes.   —Más bien, somos un par de Robin Hood modernos.   —Los Robines Todos del asesinato.   Ellos se observaron con complicidad, y luego ambos rieron fuertemente, deshaciéndose de todo el nerviosismo de que habían sido presas hacía unos minutos, el elevador los dejo en la planta baja, donde todo se encontraba muy movido debido al arresto de la pandilla de moteros. Ella calculó que por el gentío les sería casi imposible que los pasaran por desapercibidos, pero se equivocó en eso, nadie les prestaba atención, todos estaban enfrascados en el barullo hecho por el rebelde grupo, comenzaron a dirigirse hacia la salida, tratando de hacerse invisibles, y hubiera resultado, si su tío no hubiese llegado justo en ese instante, se encontraron de frente, cuando ella y su cómplice estaban a punto de dejar el edificio.   —¿Bethany?— pregunto sorprendido, tenía los ojos abiertos de par en par, y el ceño fruncido.— ¿Qué haces aquí?-   —¡Tío!— exclamo ella, necesitaba una explicación, gracias a dios ya había pensado en una.— estuve estudiando con mi amigo Cole, ¿lo conoces?— ella señaló al joven, quien la observo atemorizado.   —No.— respondió Cesar, los fulminaba a ambos con una mirada inquisidora.— Un gusto.— le tendió la mano al muchacho.   —El gusto es mío.— el hombre casi le parte los dedos al pobre adolescente, cuando estrecharon las manos.   —Estábamos cerca.— continuo Bethany.— comiendo algo en el Grill, y pensé en traerte unas hamburguesas.— ella sacó de su mochila una bolsa de plástico, de hecho si habían comprado unas hamburguesas como coartada.— deben estar heladas porque al llegar aquí no te encontré, además que me perdí por los pasillos, este lugar es enorme, no puedo esperar a que regresen a la estación original.— ella le dedico una brillante sonrisa a su familiar, por fuera lucia normal, pero por dentro se moría de terror, su tío era muy bueno leyendo a la gente, en especial a ella, pero su engaño parecía funcionar, porque el hombre suavizo la expresión.   —Vaya eso es muy lindo de tu parte. — le dijo.— gracias, de hecho comí algo antes de llegar aquí, pero por las noches siempre me asalta un estómago rugiente, las guardaré para más tarde.   El tomo con amabilidad la comida, y le dio un beso en la frente a la chica.   —¿Tienes auto hijo? — se dirigió a Cole.   —Si señor, tuvimos que estacionarlo unas cuadras atrás por el desastre que hay afuera con los moteros.   —Si, tendré una noche muy agitada. - les sonrió a ambos, el regresaba a su afable estado. - retírense antes de que las cosas se pongan feas por aquí, con este tipo de personas nunca podemos estar seguros.   Ellos se despidieron del hombre y continuaron su camino, una vez fuera ambos respiraron tranquilos, su plan había tenido éxito, cuando el frío de la noche comenzó a penetrar sus pulmones, ella no podía creerlo, estaban a salvo, no irían a prisión… Bueno al menos no todavía, aún corrían el riesgo de ser descubiertos, pero la parte más difícil de su investigación se había acabado, y se tenía que resaltar que lo lograron con satisfactorios resultados.   Pero también debía admitir que todo esto era solo el comienzo, el siguiente paso era pasar horas frente a una pantalla registrando cada paso del asesino, hasta dar con su guarida, porque todo villano tenía una guarida, ¿no era cierto? Sabía que era una tonta suposición, pero también era muy acertada, ese hombre había cometido asalto y asesinato, de seguro tenía que estar escondiéndose de la ley, y de lo contrario sería pan comido atraparlo.   ¿Estaba loca? Por supuesto que sí, y ella lo sabía, nadie tenía que decírselo, pero era la única forma de traerle paz a sus Padres, y ellos se lo merecían, en especial su Padre, memorias se amontonaban en su mente cuando pensaba en él, siempre le admiro, y le amo, tenía sus defectos, pero lo observaba como un héroe, siempre la lleno de amor puro, era el único que no la juzgaba por no ser una chica extremadamente delgada, no podía calificarse como gorda, pero tampoco como una Barbie, y aunque su Madre siempre trataba de matarla de hambre, y de meterse con la figura de su cuerpo, su progenitor era todo lo contrario, él siempre llevaba la sonrisa más hermosa que había conocido, incluso en momentos difíciles.   Esto era por él, no le importaba ir a prisión, siempre y cuando lograra darle un cierre a todo el dolor que sentía en su interior, se hacía la fuerte, día a día, pero por dentro estaba muerta, una parte de su ser murió con sus Padres, además que Asher se encargó de hacerle la vida más miserable, se robó un enorme pedazo de su corazón, y aunque tratara de ocultarlo, incluso de ignorarlo, muy dentro de ella conocía la verdad, estaba locamente enamorada de Asher Foster, y siempre lo estaría.
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