Capítulo 10: Hackeo Exitoso

1521 Words
Con lentitud y cuidado bajaron las escaleras, asegurándose de no toparse con nadie en su camino, a diferencia del nivel superior, este estaba completamente iluminado, lo que les dificultaba un poco más las cosas, si alguien lograba divisarlos, no podrían esconderse en la oscuridad, al llegar a final de las escaleras otro problema se les presentó, al igual que arriba, había más de una puerta.   —Es esa. — dijo Cole seguridad, señalando la puerta final.   —¿Cómo puedes estar tan seguro? — pregunto Betty intrigada.   —Porque dice “Sistemas”. — respondió con arrogancia.   Ella observó con atención, el muchacho tenía razón, una placa rezaba “Sistemas”, justo en medio de la puerta, ellos caminaron con rapidez hacia allá, por supuesto que la oficina estaba cerrada, pero nuevamente fue capaz de abrirla con su maravillosa horquilla, antes de adentrarse a la habitación, miraron para los lados, asegurándose de que no hubiese moros en la costa, decidieron continuar.   Encendieron sus linternas, no se arriesgaban a darle luz a todo el lugar, por miedo a ser descubiertos. La estancia era alargada y estrecha, a los costados se encontraban algunos escritorios, al menos cinco, suponían que, de los encargados de esa área, al final del pasillo encontraron lo que estaban buscando, el servidor principal.   Cole se acercó a la máquina, Bethany no comprendía del todo cómo funcionaba, le bastaba con saber que contenía la información que necesitaba, y esa era acceder a los videos de la ciudad, el joven abrió el cierre de su mochila, y cientos de equipos comenzaron a salir de él, parecía el bolso de Hermione Granger, pero con electrodomésticos.   —Solo para que lo sepas. — dijo él. — aquí tenemos el servidor de archivos, por lo tanto, se encarga de almacenar los datos de ciertos programas, en este caso el de las cámaras de la ciudad. — su actitud tuvo un cambio, de preocupado, a altamente concentrado. — lo que queremos hacer es deshabilitar la seguridad, para poder acceder al programa de almacenamiento, y poder tener una copia de las grabaciones de la cámara.   —¿Y cómo vamos a saber eso? — indago ella, quien, si estaba preocupada, porque desconocía el tiempo que les tomaría todo ese proceso.   —Primeramente, voy a hackear el servidor. — Cole encendió su portátil, ni siquiera la observó mientras hablaba. — correré un sistema que ya he utilizado antes, lo tengo en mi portátil — él conectó un cable desde su máquina personal, hasta la caja negra del ayuntamiento. — luego de eso tengo que verificar si el sistema que busco, también tiene algún bloqueo que deba traspasar.   —¿Y yo que hago?   —Tú vigila la puerta. — él le sonrió con socarronería. — ¡Por favor y gracias dulzura! — él le guiño un ojo y ella se sintió indignada.   —Oye solo por ser una mujer no tienes que tratarme como una bruta. — ella se cruzó de brazos y lo fulmino con la mirada.   —No te trato así porque seas una mujer, lo hago porque no sabes nada de esto y podrías comprometer el proceso, con que vigiles que nadie nos cache, es más que suficiente.   —Idiota. — dijo ella dando una patada al piso, pero, de todas formas, tomo una silla y se sentó frente a la puerta, haciendo el trabajo al que la había relegado.   Pasaron algunos minutos, veinte para ser exactos, y Cole tecleaba furiosamente en su portátil, su rostro estaba teñido de concentración, y su cuerpo tenso, hasta ahora nadie se había acercado por eso lares, pero estaba segura de que los guardias con los que casi se toparon hacía unos minutos atrás, se darían una ronda por allí más pronto que tarde, calcula al menos diez minutos, esperaba que no entraran allí, de lo contrario estarían arruinados.   — ¿Cómo vas? - le pregunto a su cómplice, acercándose a él.   —Bien, pero podría ir mejor, tiene una seguridad de dos pasos, la cual está haciéndome la vida imposible.   — ¿Crees que nos tardemos mucho tiempo más? - ella susurraba porque temía ser escuchada por alguien fuera de la habitación.   —No lo sé, quizás veinte minutos más. — él le dedico una lastimera mirada. — estoy haciendo lo mejor que puedo.   —Está bien, te dejo tranquilo. — quería agobiarlo con millones de preguntas, pero no haría nada con eso, así que decidió retirarse, seguiría vigilando la puerta.   Como ella lo supuso unos quince minutos después, escucharon voces tras la puerta de madera, pero nadie entro al lugar, simplemente siguieron de largo, Betty comenzaba a impacientarse, la hora pautada para abandonar el lugar les pisaba los talones con rapidez, eran las ocho en punto, solo media hora, antes de que los crimines de la noche llenaran la comisaria, y fuera más difícil salir sin ser vistos.   —Estoy dentro. — dijo Cole triunfante, a las ocho y veinte. — solo necesito acceder al programa de grabaciones.   —Ojalá no te tome tanto tiempo, estoy preocupada por la hora. — admitió al acercarse hasta donde él se hallaba. — además mi tío debe estar en camino, eso significa que puede que me lo encuentre al salir, solo espero que no haya notado que urge en su bolsillo.   —¿Sabes que es extraño? — él la observo con el ceño fruncido. — Al final no necesitamos ninguna de las claves que él tenía guardada.   —Las claves eran el plan B.— dijo ella con resolución. — en caso de que tuviéramos que acceder al antiguo burdel, íbamos a tener que pasar por la estación de policía, y para abrir la puerta necesitábamos esos accesos, una horquilla no haría el trabajo.    —¿Y hasta ahora me lo dices? — le reprocho.   —No quería preocuparte. — ella se encogió de hombros. — jamás pensé que nos dejarían entrar tan fácil, así que ya nos veía dándole la vuelta a toda la ciudad, para poder entrar por el pasadizo secreto.   —Gracias a los cielos no paso, de seguro estará lleno de vegetación, óxido y quien sabe que animales, si me encontraba con una serpiente, saldría corriendo y gritando como una niñita.   — ¿Cuánto tiempo te falta? — pregunto, señalando el portátil con su cabeza, Cole no había parado de teclear y presionar su ratón, en todo el tiempo que hablaron.   —Solo necesito acceder al sistema de almacenamiento, ya lo encontré, pero al igual que el servidor, tiene una seguridad de dos pasos, mi programa de hackeo ha tumbado el cincuenta por ciento del software de seguridad.   —Bien, quizás tengamos suerte y salgamos sin que nos noten.   Unos quince minutos luego, Bethany se encontraba al ras de la ventada de la habitación, daba hacia la entrada principal del ayuntamiento, por donde habían llegado, al parecer hubo una pelea en un bar o algo parecido, porque varias patrullas se encontraban aparcadas, con las sirenas encendidas, algunas motos habían arribado detrás de las patrullas, parecía una banda de moteros, algunos habían salido esposados de los vehículos, y otros parecían discutir con los oficiales, quienes decidieron ignorarlos; toda la situación era una mierda, porque ahora sería imposible salir sin  que nadie los notara.   —Soy el mejor del mundo.— grito de repente Cole, ella saltó de su lugar.   —¿Estás loco?— lo reprendió.— ¿Qué haremos si alguien te escucho?   —Lo siento.— el realmente lucia apenado.— es que logre entrar al programa y me emocione.   —¿Tienes los videos?   —Necesito la fecha en que murieron tus Padres.   Ella se acercó de nuevo hacia él, y le proporciono la información requerida, observo como él buscaba entre algunos archivos, hasta dar con el día, allí se desplegaron varias carpetas, con nombres de calles de la ciudad, también de algunos edificios, como el ayuntamiento.   —Voy a tener que copiarlo todo.— dijo Cole, y procedió a hacer una copia dentro de su laptop.   Para sorpresa de ambos, no tomo demasiado, tan solo cinco minutos, se aseguraron de la calidad del video, y todo estaba bien.   —Oye creo que podría borrar la evidencia de que estuvimos aquí hoy.   El busco la fecha de ese mismo día, buscándole dentro de los videos, incluso tuvo acceso a las cámaras del ayuntamiento, donde se le divisó un par de veces, decidió que lo mejor era borrar todo el registro dentro del rango de horas que estuvieron allí, además deshabilitó las cámaras por una hora, más, tiempo más que suficiente para abandonar el lugar, finalmente abandono el sistema, apago todas sus máquinas y comenzó a guardarlas en su mochila.   Soy una delincuente, pensó Betty, un profundo sentimiento de culpa se posó en su pecho, peor no tenía tiempo, ni cabeza para prestarle atención, necesitaba esa información para encontrar al asesino de sus Padres, el sistema judicial le había fallado, así que ella tomó el asunto en sus manos, sin importar que terminara en prisión, no descansaría hasta ver al hijo de perra, detrás de unas rejas, pagando por sus crímenes. 
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