Capítulo 15: Cara a Cara

2355 Words
—Entonces ¿estás entrenando con tu tío? — pregunto Cole, mientras se comía una papita, extraída de una bolsa de snacks.   —Si así es, pronto me enseñara a disparar un arma, hemos estado practicando algo de defensa personal, también análisis del entorno, para ser capaz de buscar posibles armas de defensa.   Cole silbó. — ¡Vaya! Serás toda una máquina de peleas.   —No te metas conmigo. — bromeó Betty para luego guiñarle un ojo, ambos sonrieron.   Estaban fuera de la casa del asesino de sus Padres, resguardados en la seguridad de su auto, sabía que no deberían estar allí, pero quería analizar el terreno, investigar un poco acerca de las horas de entrada y salida del hombre, hasta ahora no habían captado nada, y llevaban toda la mañana allí, sentados.   Hacía mucho frío, así que estaban cubiertos hasta la nariz, evitando el inclemente clima, aparte que era incómodo porque las ventanas se engañaban y se les dificultaba observar hacia afuera, al menos estaban en el costoso auto de Cole, eso significaba que tenía ventana tintada, ellos podrían ver hacia afuera, pero nadie los veía adentro.   —¿Y qué harán cuando tengan la posibilidad de atrapar a este tipo? — indago él.   —Pues tenemos un plan de restringirlo y hacerlo confesar, mi tío tiene una grabadora, del trabajo, y es lo que vamos a utilizar para grabarlo confesando, pero él quiere actuar hasta que yo esté más capacitada.   —¿Y sabe que estamos aquí?   —¡No! — ella quitó sus ojos de la antigua casa y los clavo en su amigo. — ni debe saberlo, me mataría si se entera de que me atreví a venir hasta acá.   —De acuerdo, no diré una sola palabra. — respondió él subiendo los brazos.   Era sábado por la mañana, había planeado esta pequeña misión de espionaje durante la semana, había comprado comida, almohadas, binoculares, y hasta ideado un plan para ir al baño, se quedarían allí todo el día, registrando los movimientos del hombre, antes de llegar con su tío necesitaban conocer a su enemigo, llegar a saber sus puntos débiles, como por ejemplo hasta que hora dormía, lo cual al parecer era hasta tarde, porque casi eran las diez de la mañana y no había ningún moviendo en la casa.   El camino en el que se perdió la cámara era un camino lleno de barro y vegetación, había dos casas, pero en una de ella vivía una pintoresca familia, que tenían un hijo adolescente más o menos de su edad, era un rubio precioso, quizás lo invitaría a salir luego, después de todo tenía que superar a Asher y ese era un buen comienzo.   En la siguiente casa vivía un hombre solitario, el cual no salía de su hogar, lo supo porque tuvo una pequeña conversación con la Madre de la pintoresca familia, y aunque obviamente el tipo encaja con el perfil que buscaban, ambas casas estaban siendo vigiladas, ella observaba la tenebrosa, y Cole la familiar.   En el video de las cámaras de la ciudad se podía apreciar que el maleante tenía un tatuaje en la mano izquierda, como una cinta recogiendo toda su mano, así que otras de las razones para estar allí, era para buscar ese tatuaje, y confirmar que su sospechoso vivía allí.   Luego de conversar con la señora de la casa familiar, lograron convencerla de que estaba investigando el comportamiento de unas aves, para una tarea de biología, y por eso los dejo aparcar fuera de su casa, incluso había descargado de internet, notas falsas sobre las aves, por si alguien les preguntaba.   —Mira han encendido una luz. — dijo Cole, señalando hacia dentro de la tenebrosa casa.   El corazón de Bethany salto en su pecho, se acomodó en su asiento y busco el lugar de la luz, era una de las habitaciones, no despegó los ojos de sus binoculares, aunque era un poco difícil con sus gafas correctivas, pero no podía quitárselas, de lo contrario no podrías observar absolutamente nada.   Vio la sombra de un hombre recorrer el dormitorio, luego pudo observar, a través de una ventana como se movía para la cocina, estuvo allí unos cuantos minutos, pero ella no lograba captar nada porque tenía todas las cortinas corridas, no se veía absolutamente nada.   —Bueno el Padre y el hijo varón quedan descartados con el tatuaje. — dijo Cole.   Ella volteó a ver, y efectivamente, los dos hombres estaban deshaciéndose sé la basura, ninguno de los dos llevaba guantes a pesar del horrible frío que había afuera, en ninguna de sus manos o brazos se observaba el tatuaje que estaban buscando, por lo tanto, quedaron descartados como sospechosos, lo que volvía a poner al tipo solitario como el primer sospechoso de su caso, igualmente sabía que era él, pero tenían que confirmarlo.   Su plan era descabellado, ilegal, loco y estúpido, incluso aunque su tío les ayudara, estaban haciendo muchas cosas ilegales, que, si no atrapaban a este tipo de la forma correcta, terminarían en prisión ellos mismos, todos los involucrados, incluso Cole, y no quería eso para él, tampoco para ella misma, quería ir a la universidad y estudiar criminología, para de esa forma ser capaz de atrapar a los malos de manera legal, sin ningún problema.   —Mira alguien está saliendo. — dijo Betty.   Una voz dentro de ella le dijo que corriera, después de todo estaría a frente al asesino de sus Padres, era un hombre despiadado, porque no podía ser descrito de otra forma, nadie que le disparaba a una persona, y salía corriendo dejándolo a su suerte, era buen ciudadano, ese hombre merecía estar en la cárcel, o peor, merecía tener un final muchísimo más trágico, merecía pudrirse en el infierno.   La puerta se abrió y un hombre caucásico de estatura promedio abandono el lugar, parecía un ratero, con cara de pocos amigos, y tenía una horrible cicatriz en el cuello, sinceramente su sola expresión daba miedo, se lamentó al saber que es fue la última cara que vieron sus Padres al morir… O podría serlo, si encontraba las pruebas que lo confirmaban por casualidad o quizás era la normal por ese lugar, también llevaba su basura, una bolsa muy pequeña, busco en sus manos por el tatuaje, pero a diferencia de su vecino llevaba guantes, así que no capto nada.   —¡Mierda! — exclamo ella.   El hombre salió y entro rápido, casi corriendo debido al frío, pero ella pudo observar cómo se quitaba los guantes luego de abrir la puerta, los dejo en una mesita al lado de la misma, pero no capto nada, él moviendo de cerrar la puerta fue demasiado rápido y no pudo observar sus manos.   —¿Qué sucede? — pregunto Cole.   —No pude verle las manos, llevaba guantes, pero se los quito luego de entrar a casa. — ella comenzó a pensar.   Tomo una decisión, bajo los binoculares, tomo su bolso de la parte trasera, busco su spray de pimienta, y un pequeño mazo que su tío le había encontrado, era un arma infalible y podía esconderla en su pantalón.   —¿Qué haces? — le pregunto Cole.   —Voy a bajarme y tocaré su puerta, para confirmar lo del tatuaje.   —¿Estás loca? — Cole la tomo de los hombros, tratando de detenerla. — ese hombre es un asesino, podría lastimarte, ni loco te dejaré ir allí.   —No va a pasarme nada, confía en mí, además si se atreve a siquiera tocarme, puedo derribarlo, entonces podríamos denunciarlo por asalto y acabar con su reinado de terror, porque si es capaz de asesinar a dos personas inocentes lo volverá a hacer. — Betty hablo con tanta pasión que Cole se conmovió, estaba dolida, y su forma de pasar el duelo era obsesionarse con ese caso, pero no quería verla lastimada.   —Muy bien. — pero cedió, porque era importante para ella. — te esperaré aquí, y si en cinco minutos no has salido, entraré a buscarte.   —De acuerdo. — ella lo abrazo y se bajó con rapidez, antes de cambiar de opinión.   Estaba aterrada, como no estarlo, las piernas le temblaban, el corazón le latía con fuerza y la boca se le secaba más y más con cada paso que daba. Al llegar al umbral de la propiedad, respiro profundo, varias veces, para poder tener el valor de conocer al hombre que le arrebato a la mayoría de su familia, pensó en Asher, que estúpida, pero lo hizo, recordó una oportunidad que estaban el río, había una cuerda de la que todos se balanceaban y luego se dejaban caer al agua, ella le aterraba hacerlo, pero al mismo tiempo quería ser capaz de ser como los demás.   —Betty solo tienes que enfrentar tu miedo. — le dijo Asher en el pasado. — durante el día nos enfrentamos a la vida, ¿Qué puede haber más aterrados que salir de casa y no tener idea si regresaras? Una pequeña cuerda no es nada comparado a eso, solo tienes que tomar la maldita cosa decirle que no te controla y saltar de ella, también aplica para cada miedo que se nos presente en la vida.   —Toma la maldita cosa y dile que no te controla. — se repitió la Betty del futuro, tomo una gran bocanada de aire y luego la dejo salir, subió su mano y toco la puerta.   Escucho pasos acercándose a esa, su corazón latía desbocado, su mente le decía que saliera corriendo, pero se quedó allí, lista para enfrentar el miedo más grande su vida. El hombre de antes abrió la puerta, con un gesto malhumorado.   —¿Qué quieres? — le espeto.   —Disculpé la molestia, pero he estado conduciendo desde hace horas y me he quedado sin gasolina antes de llegar al pueblo. — iba bien, hablaba calmada y tenía una sonrisa en el rostro, como si no tuviera ganas de abalanzarse sobre el hombre y apuñalarlo hasta la muerte. — y no tengo nada de recepción, me preguntaba si podría prestarme un teléfono, para llamar a mi hermano, para que venga por mí.   —Pasa. — fue lo único que respondió el maleante.   Fue hora de saltar al río, entro temerosa, pero sin demostrarlo.   —Es raro que no haya acudido a la casa más bonita de la calle. — dijo él.   —Toque, pero nadie me respondió, y me estoy muriendo de frío, no quería permanecer allí.   —Eres una chica valiente. — respondió él, mirándola con oscuridad, Bethany sintió el estómago revuelto, pero no lo demostró, a lo contrario sonrió.   —Pues no quería morir de hipotermia en una horrible autopista.   —El teléfono está allí, en el pasillo. — él señaló un pequeño pasillo al lado de las escaleras, sin perderlo de vista se acercó y marco el número de Cole, el cual sé sabia de memoria.   —¿Cole? — dijo en cuanto el chico respondió.   —¿Betty estás bien? — pregunto preocupado.   —Si por supuesto. — ella no dejaba de observar al tipo, por si intentaba atacarla.- solo que me quede varada en la ruta noventa y seis, me quede sin gasolina, ¿Podrías venir por mí?   —¿Necesitas que entre allí? — fue la respuesta de Cole.   —No para nada, sé que debí recargar, pero no lo hice. — ella remarcó las palabras negativas.   —Sal de allí, tengo miedo. — confeso el chico. — moriría si te pasara algo, eres mi mejor amiga.   —Está bien, te esperaré en el auto, también te quiero, adiós. — ella colgó el teléfono, y observo al tipo, le sonrió. - Muchas gracias, esperaré a mi hermano en el auto.   —Puedes quedarte aquí dentro. — dijo él. — para no morirte de frío.   —No quiero ser un estorbo, no se preocupe tengo algunas mantas en mi auto.   —Bueno entonces hasta luego. — el hombre fue y le abrió la puerta.   Ella caminó hacia él, no quería darle la espalda, pero debía hacerlo para poder salir por el umbral, una vez fuera se volteó con rapidez y le extendió la mano.   —Muchas gracias. — le dijo alegre.   —De nada. — respondió él, aceptando su mano, lo primero que noto fue un horrible frío azotándola donde sus manos se conectaban, así se debía sentir la muerte, pensó, pero lo segundo que noto fue un tatuaje, era una serpiente que comenzaba en su brazo y bajaba hasta la palma de su mano, ese era el hombre que buscaban, definitivamente.   —Adiós. — dijo ella y se alejó de allí.   Camino hacia la carretera, para que no la viera subiéndose al auto de Cole, el hombre se le quedó viendo desde el umbral de su casa, pero no se aproximó hacia ella, se escondió detrás de una cerca y espero unos minutos, cuando se aseguró de que el hombre estaba dentro de su casa y no vendría a por ella, corrió hacia el auto de Cole.   —¡Dios Betty! — la recibió su amigo, luego de cerrar las puertas con seguro se dieron un enorme abrazo.   —Estaba muerta de miedo. — confeso la chica. — no tienes ni idea.   —Lo bueno es que saliste viva de allí.   —Dije en serio lo de quererte Cole. — ella se separó de él para poder verlo a la cara, dejando sus manos en los hombros del joven. — también te considero mi mejor amigo, gracias por acompañarme con mis locuras. —Yo también lo dije en serio. —  se abrazaron de nuevo. — ¿Y valió la pena?   —Si, solo necesito confirmar algo. — se alejó nuevamente su amigo y busco en su bolso.   Saco algunas fotos que habían impreso del delincuente que buscaban, gracias a los videos de la ciudad, pero como eran de tan poca calidad, asumieron que su tatuaje era una cadena.   —No es una cadena. — dijo señalando a la tinta. — es una serpiente, pude verla claramente.   —Entonces lo tenemos. — dijo Cole triunfante.   —Si lo tenemos. — sonrió ella.
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