Capítulo 19: ¿Eres tú?

2244 Words
Betty caminó con determinación hacia el hombre atado en el centro de la habitación, se paró frente a él, sin mostrarle una sola onza de miedo, tomo el extremo de la cinta adhesiva y la arranco con fuerza, él apenas si hizo una pequeña mueca de dolor-   — ¿Cómo te llamas? - fue lo primero que le dijo.   —Elio. — respondió él.   —Elio. — saboreo el nombre en su boca, era un bonito nombre, para una persona tan despreciable, jamás podrías escuchar ese nombre y no pensar en el daño que una sola persona podía causar, ese hombre le robo una parte de ella, una importante, el resto de niñez que podía quedar dentro de su cuerpo, fue arrebatada por él, y nunca lo recuperaría, y por esa razón odiaría ese nombre por siempre, por el recuerdo que le traía.   —Entonces, Elio, ¿Eres tú el basurero?— ella lo perforo con una intensa mirada, nunca sintió tanto asco hacia otra persona, su respiración era forzosa, y el hombre la observaba con burla, verdaderamente era un psicópata.   —¿Bethany? ¿Qué te sucede? ¿De qué hablas? — pregunto Cole quien no sabía cómo reaccionar, y por esa razón se había quedado al margen hasta ese momento.   —Te lo explicaré luego. — respondió, saco su arma y la apunto al pecho de Elio. — luego de que obtenga respuestas de ti, ¿Eres tú? ¿Eres el basurero?   —¡Atrapado! — él se rio profundamente, causándole un horrible escalofrío a los dos jóvenes.   —¿Por qué tienes nombres en las bolsas de basura?   —Porque así sé quiénes serán mis próximas víctimas. — se encogió de hombros.   —¡Espera un momento! — exclamo Cole. — ¿este tipo es el basurero?   —¿Sabes? — hablo Elio, con un gesto pensativo. — nunca me ha gustado ese apodo, siento que es denigrante, deberían llamarme más como vigilante, o justiciero, esos si se ajustan a mi trabajo.   —¿Trabajo? — grito Betty indignada. — ¿matar personas es tu trabajo? — sus ojos comenzaban a humedecerse, gracias a todos los sentimientos que la asaltaban en ese instante, el de ira, dolor, indignación y venganza.   —Limpiar el mundo es mi trabajo. —  replico con socarronería.   —¿De qué exactamente? — interrogo Cole.   —Del mal del mundo.— el bufo, como si su argumento tuviera toda la lógica del mundo.— verás, hace muchísimo tiempo recibí un llamado de Dios.— él observó al techo, como si de hecho los cielos estuvieran abiertos sobre su cabeza.— estaba caminando hacia acá, era muy tarde, y no tenía a nadie que me diera un aventón, y entonces me encontré con un camión aparcado en la mitad de la autopista, y fue cuando lo escuche.— cerro los ojos y ladeo la cabeza, como si estuviera tratando de afinar la audición.   —¿Qué a Dios? — pregunto Cole sarcásticamente.   —No.— respondió Elio, abriendo los ojos en una señal de sorpresa.— a una mujer, gritaba que la salvaran, me llene de valor y abrí la puerta, un hombre estaba abusando de ella, recuerdo que lo jale de los cabellos.— él se removió violentamente en su silla, recreando el momento, lo que hizo que los adolescentes saltaran hacia atrás.— lo tire al piso y peleamos, era más grande que yo así que muy pronto me vi en desventaja, pero no iba a rendirme.— unas lágrimas se derramaron de sus ojos, pero nuevamente reía como demente.— capte una roca, me arrastre por el pavimento, la tome con mi mano y luego la estampe contra su cabeza, tenían que escuchar el sonido de su cráneo al romperse, fue una melodía.— salto como de felicidad, Betty se tensó de nuevo, no quería demostrarle el miedo que sentía, pero si se llegaba a soltar de su agarre, no tenía ni idea de cuál sería su reacción.—Y entonces vino a mi una gran revelación. – nuevamente cerro los ojos en señal de meditación.   —Corta todo el drama. — lo amenazo Bethany. — ya dinos el punto de tu horrible historia.   —Esa fue la primera vez que mate a una persona. — confeso con una oscura mirada. — se lo merecía, y fue cuando supe que podía seguir haciéndolo, siempre y cuando ellos se lo merecieran, y lo hice una y otra, y otra, y otra vez, fue por designio del altísimo, él me puso esa noche en ese camino, para conocer el maravilloso plan que tenía para mí.   —Estás demente. — exclamo Cole, sin poder creer toda la charla que acaba de escuchar, y sinceramente asustado.   —¿Por qué hay bolsas con nuestros nombres? — continuo, Betty.   —Porque todos ustedes son unos pecadores, tu pequeño hermano es una abominación de la naturaleza, tu tío es un corrupto, y tú y Cole unos ladrones, para encontrarme hicieron algunas travesuras, ¿no es cierto?   Cole y Betty compartieron una mirada, cargada de duda, miedo, curiosidad, muchos pensamientos se arremolinaban con violencia en su mente.   —¿Cómo sabes eso? — hablo de nuevo Bethany.   —Porque yo hice lo mismo hace muchísimos años, necesita conocer los pecados del pueblo, entonces hackeé el sistema, me encantan las computadoras ¿sabes? Vigilo a todo el mundo durante horas.   —¿Cómo demonios lo haces? — está vez fue Cole quien hablo.   —Tengo dinero, no necesito trabajar, primero debo cumplir con mi misión.   —Si nosotros somos unos pecadores que merecen la muerte, tú también lo eres. — reto la chica.   —Por supuesto que lo soy, cuando mi misión haya acabado, me encargaré de mí mismo, como debe de ser, así que tendrás la venganza que tanto deseas.   —¿Ah sí? — algo dentro de Betty ardió. — no es mucha venganza si no te mato con mis propias manos. — coloco el arma en la sien de Elio, llena de ira, su corazón latía con rapidez, y él solo se rio.   —Sabes que no puedes hacerlo dulzura. — ella quitó el seguro del arma.   —¿Por qué no lo probamos?   —Betty detente. — le pidió Cole. — tus Padres no regresarán a la vida si le quitas la de él, solo estarías rebajándote a su nivel.   —Escucha a tu amigo Betty. — dijo el criminal.   —Cállate. — le espeto ella. — no sabes quién soy, pero yo sí. — ella respiró profundo y dio dos pasos lejos de él, un horrible sollozo abandono su pecho, solo quería ir a casa, acurrucarse en su cama y llorar durante semanas, pero en su lugar se volteó, no tenía todas las respuestas que quería. — ¿Por qué mataste a mis Padres? — le molesto, el tono torturado con el que su voz se escuchaba, no quería que él supiera cuanto la afectaba.   —Porque tu Madre era una puta infiel. — se encogió de brazos como si nada.   —No es cierto. — dijo de inmediato. — Mi Madre nunca haría eso, estás mintiendo.   —Nunca he matado a nadie sin pruebas dulzura. — continuo con tranquilidad. — tengo grabaciones, mensajes, muchas muestras de la verdadera persona que era tu Madre, una puta egoísta.   —¡Cállate! — grito.   —Tu Padre no tenía que morir, simplemente se interpuso en mi camino, él era un buen hombre, dispuesto a perdonar a tu Madre, pero ella siguió viéndose con el infeliz, al cual por cierto también asesine. — él se rio, parecía divertido, hasta feliz se podría decir. —De seguro terminarás igual que ella, asesinada por mi mano, gritando por misericordia.   —¡Te dije que te callaras! — ella avanzó nuevamente hacia él y golpeo su rostro con la culata del arma, en repetidas ocasiones.   —¡Betty, basta! — grito Cole, luego se abalanzó sobre ella y la alejo de Elio, quien se reía y botaba sangre por la boca. — creo que debemos irnos de aquí. — continuo el joven, acariciaba la espalda de su amiga, tratando de calmarla.   —No. — respondió Betty entre lágrimas. — voy a matarlo, no me importa si termino en prisión, va a pagármela.   —No harás tal cosa. — la regaño Cole, tomándola de los hombros, la obligo a observarlo. — vamos a encerrar a ese lunático en el sótano y luego nos iremos a buscar a tu tío.   —Tenemos que llamarlo. — respondió la chica, con sorpresa, hasta ahora se había recordado que tenía un tío m*****o de la policía. — decirle a Cesar lo que está sucediendo, Cole piénsalo si atrapáramos al criminal más peligroso de toda la ciudad, más bien, de todo el estado. — se corrigió. —  todos nuestro crimines estarían olvidados. — aún había una esperanza de que todo resultara perfectamente bien.   Cole parecía analizarlo en su mente por unos segundos, y finalmente asintió. — Muy bien, hazlo, llámalo. — ella asintió y camino fuera de la casa, pasando a un lado del delincuente, lo observo con ira, con odio, pronto su reinado de terror terminaría, se aseguraría de que no se librara de esa con tanta facilidad.   Fuera de la instalación, marco a su tío quien, gracias a los cielos, contesto con rapidez.   —Ya vamos en camino, lamento mucho la tardanza peor no podía encontrar a mi compañero.   —Creo que deberías pedir refuerzos. — dijo la chica.   —¿Por qué? ¿Sucedió algo? ¿Estás herida? ¿En peligro? ¿Y Cole? — todo lo dijo en una sola respiración, incluso en esa terrible situación, ella se rio de su reacción.   —Estamos bien por ahora, pero descubrí un horrible secreto de nuestro prisionero. — ella respiró profundamente. — este tipo es más peligroso de lo que creemos, tío, este hombre es el basurero.   Por unos segundos la línea estuvo muerta, sin ninguna respuesta, de no ser porque escuchaba la pesada respiración de Cesar habría supuesto que se calló la llamada.   —No puede ser. — exclamo finalmente el hombre. — ¿Cómo lo sabes? ¿Qué encontraste?   —Baje al sótano, porque un perro no dejaba de ladrar y yo…— las palabras se quedaron atoradas en su garganta, ¿Cómo podía explicar tal atrocidad? — solo te diré que encontré pruebas contundentes, además que ese lunático confeso todo ante nosotros.   —¿Ya confeso? — pregunto su tío por la otra línea, preocupado.   —Sí, canto como un gallo, aunque debo de confesar que perdí la cordura un momento, no pude evitar…   —Betty escúchame con mucha atención. — la interrumpió su tío. — un criminal no confiesa sin ninguna razón, si lo hace es porque tiene un plan, que involucra confesarle a alguien sus delitos, así que toma a Cole y salgan pitando de allí, ¿me entendiste?   —Sí, iré a buscar a Cole y nos iremos de aquí.   —Muy bien, no cuelgues por favor mantente en la línea hasta que sepa que estas a salvo.   —Muy bien, te pondré en altavoz. Ella dejó la llamada en altavoz y entro nuevamente a la casa, por inercia más que por buen comportamiento, se sacudió las botas en la entrada, sin ver hacia adelante.   —No te preocupes, pronto estarán manchadas de sangre y no de nieve.   Ella subió la mirada, en medio de la sala, erguido en su completa estatura se encontraba Elio, apuntándola con el arma que tenía Cole minutos antes, ella buscó a su amigo, lo encontró en el piso, al lado del horrible criminal que la miraba con una burlona expresión, pero para nada daba risa, sintió como el pánico se acomodaba en su interior.   —¿Betty? — escucho que llamaba su tío. — ¿Bethany? Háblame, ¿Quién dijo eso? ¿Bethany? Resiste, allí voy, ¡Lucha! ¿Me oyes? Lucha por tu vida, ya voy cariño.   —Lástima que para cuando él llegue, ya estarás muerta. — él observó a Cole quien se quejó de dolor, ella al menos agradeció el hecho de que él estaba vivo. — tranquilo amiguito tú serás el próximo, pero primero me divertiré con la hija de la escoria.   Él apunto directo a su cabeza, dos pensamientos pasaron por su mente, el primero fue uno muy desesperanzador, era el fin, y no podía hacer nada al respecto, el segundo fueron las palabras que su tío le dijo por el teléfono, ¡Lucha! ¡Lucha por tu vida! Todos los días los seres humanos luchaban por permanecer vivos, algunos tenían más que éxito, viviendo una buena vida, otros apenas si sobrevivían, y la mayoría se daba por vencido, ella no sería la mayoría, nunca fue una chica regular, normal a los demás, y como el infierno que no moriría siéndolo.   Justo antes de que la bala abandonara el cañón, ella se tiró al piso, escucho como el proyectil impactaba en la puerta de madera, y sintió pedazos de astilla volando sobre su cabeza, se cubrió con ambas manos, pero no tenía mucho tiempo para seguir en esa posición, el atacante se acercó a ella con rapidez, aprovecho su ventaja y con una patada lo tumbo al piso eso le dio suficiente tiempo para ponerse de pie y salir corriendo fuera de la casa, era hora de luchar por su vida, era hora de correr por su vida…
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