HEREDEROS DEL LINAJE

parte 5

Al llegar al templo, caminaron hacia un grupo de personas reunidas alrededor de al menos unos sesenta carruajes. En cada uno de los carruajes había por lo menos cinco personas pertenecientes al templo.

Más adelante del camino había un carruaje diferente, parecía incluso más lujoso que los demás. ¡Es la caravana del emperador! Confirmo Rion. Alrededor del carruaje había un grupo de guardias y por delante había un hombre montado a caballo sosteniendo la bandera del imperio athes.

Miro fijamente el orden de cada persona, viendo la caravana del emperador tan distante de ella, pensó frenéticamente que todo saldría bien, repitió una y otra vez las siguientes palabras.

Después de dos días de arduo esfuerzo, llegaron a ameli sin problema alguno, ambos estaban exhaustos de caminar todo el transcurso desde la capital hasta las tierras de ameli, durante el viaje no pudieron consumir alimentos debido al exceso de personas. Pudiendo solo saciar su sed.

Rion, salió al pueblo a comprar comida para ambos, de regreso a la posada dónde los dos se estaban alojando, algo capto su interés, un grupo de personas amontonadas fuera de un establecimiento de té, decidió acercarse para investigar porque las personas del pueblo estaban formando tal escándalo.

Acercándose empezó a escuchar las conversaciones que estos divulgaban sin cesar.

— ¡oh! Es sorprendente ver a personas como ellos en este pueblo—¡Agradezco al templo por establecerse en durken!.

La capital del clan ameli estaba a dos horas del pueblo de durken. Pero debido a que esté año la capital de ameli se preparaba para el festival de otoño, decidieron establecerse en el estado de durken. ¿Por qué formaban tal escándalo? Pensó mientras ojió a los causantes que estaban sentados en una mesa dentro del establecimiento de té.

Su rostro se contorsionó al ver el rostro claramente conocido. ¡No, debe ser una broma! Intento convencerse de que tal vez se había equivocado, pero, cuando más lo miro, más lo confirmo. Su recuerdo era vago, pero lo suficientemente claro como para reconocerlos.

TRES AÑOS ANTES…

Cansado, amortiguado y adolorido, fueron uno de los síntomas más notorios en su rostro y cuerpo, sin embargo, esto no fue un contratiempo para seguir sin descanso hacia el lugar ya planeado.

A pesar de su obvio cansancio, su situación era menos caótica que la de su amigo, mientras él se apresuraba para poder entregarle la piedra a Valían, Kyo, se encargaba de alejar a sus persecutores.

Su situación cada vez era peor, el clima parecía estar en su contra, obligándolo a desviarse del camino, no fue hasta la mañana del siguiente día que pudo llegar a su encuentro con Valían.

Conociendo el peligro que representaba llegar al pueblo, decidió observar la situación antes de entrar en contacto. Desde la rama de un árbol observo el sitio buscando a su amiga. La neblina pesada y blanca, cubría la mayor parte de su visión.

Horrores de todo tipo, pasaron por su mente al ver las calles mayormente patrulladas por guardias ¿Por qué hay tantos guardias? ¿Habrá pasado algo malo? ¿Valían estará bien? ¿Es mi culpa por retrasarme? Su estrés se mezcló con el cansancio ya acumulado. Por más que observó la taberna, no había rastro alguno de Valían.

Un escalofrío recorrió su columna, haciendo erizar cada parte de su cuerpo, el maná concentrado, rodeaba una zona en específico. ¿Qué es eso? ¿Un velo? Se preguntó mientras analizo la situación.

Un velo es un escudo que repele todo tipo de hechizos, sonidos u otras cosas. Las personas, fuera del velo, ignoran por completo su existencia, se necesita un buen control de maná para poder percibir la concentración de maná que este conjuro proporciona.

Dentro del velo había tres hombres, uno rubio, un tipo de extraño cabello blanquecino y un hombre cubierto por sombras cargando en su mano derecha el emblema del imperio.

Utilizando magia de sombras, dos hombres salieron por detrás. ¿Qué está pasando? Tuvo dudas al comienzo, pero ver a los dos hombres embullados en sombras parecidas a un humo n***o, aclaro todas sus dudas. Claramente, pertenecían a la legión de fantasmas negros. Pero. ¿Por qué sujetos como ellos estaban aquí?

El fantasma sacó de sus mangas, un pergamino que contenía el sello imperial. Apresuradamente, después de terminar de leer el contenido, se dio orden de retirada. Con sigilo, uno de ellos entro a una posada cerca de la taberna donde debería haber estado su amiga. Mientras el otro preparo el caballo para su pronta partida.

Por un milésimo de segundos perdió de vista al rubio, un helado viento rozo la parte superior de su nuca, casi advirtiéndole de esquivar la espada exageradamente filosa que apareció detrás de él. Rápidamente, desvío la espada dirigida a su cuello. Salto a otra rama del árbol por un intento de tomar impulso, su instinto le permitió evadir la espada del enemigo. Sin poder salir ileso tuvo un ligero corte en su brazo. Fue un corte nada profundo. Pero, pudo haber Sido peor, estar distraído en combate es igual a la muerte, una voz casi calmada pregunto.

—¿Quién eres?—El sujeto rubio con un rostro frío y calculador lo miro con ansias de sangre.

Antes de poder siquiera reaccionar a su pregunta, el sujeto balanceo la espada en su mano, su estilo de combate era pulcro y elegante, la etiqueta de ser noble paresia colgar de sus dorados cabellos, pues, solo un noble entrenado por un gran maestro de la esgrima podría moverse de esa forma.

Fue difícil esquivar sus ataques, no obstante, la velocidad, aumento de golpe, a menudo los nobles son obligados a estudiar la esgrima, dando como resultado a personas de bajo entrenamiento, algo no cuadraba, pese a ser noble, su estilo pulcro y sin fallos, era un gran problema. Cada choque de su espada pesaba, cada movimiento era veloz y feroz, cada punto de retorno, apuntaban a un punto crítico que lo llevaría a una muerte segura.

No había dudas en su fino rostro, cada que balanceaba su espada hacia él, la hoja de la espada venía envuelta en un instinto asesino, no cabía dudas, si se descuidaba solo un segundo, este sujeto acabaría con su vida.

Su velocidad era un problema, las ramas de los árboles, eran un estorbo, su única opción era tomar impulso en la tierra. Esquivo y evadió todo ataque dirigido hacia él, en un paso flash, el sujeto se lanzó hacia él, golpeando con un roce sus piernas.

Mantener el equilibrio se le fue imposible, el extraño acertó el primer golpe directo. Giro su espada y con el pomo de la empuñadura golpeo fuertemente el abdomen de Rion.

Mientras caía en el suelo sin tener tiempo de poder levantarse, el sujeto volvió a decir, esta vez con una voz más áspera.

—¿Quién eres? No volveré a preguntar.

Rion, se enfrentó a unos fríos y helados ojos celestes que lo amenazaron. La muerte estaba dibujada en su rostro. ¡No, no era el momento para pensar en morir! Poso sus manos sobre el fértil terreno, todo tipo de ramas crecieron, atacando a su enemigo.

Al percatarse, el sujeto dio tres volteretas en un intento de alejarse de las ramas. Estableciéndose a una distancia de Rion. Esquivo y corto las ramas que fueron lanzadas sobre él.

Este sujeto era peligroso, el contenerse solo lo llevaría a la muerte, con un movimiento de sus manos, las piedras y trozos grandes de tierra fueron lanzados a una velocidad exagerada. Asombrado de su ataque esquivo, lo mejor que pudo la magia de Rion.

—¡Te tengo!—Expreso Rion, sonriendo al gusto. Si la velocidad de su enemigo era el problema, debía buscar una manera de poder atraparlo. Mientras el hombre esquivaba, Rion sigilosamente atacó enrollando entre ramas fuertemente al sujeto.

Debería tener un rostro de disgusto al estar atrapado, pero, el rostro del sujeto dibujaba una sonrisa despreocupada.

Dejando caer su espada dijo mientras hacía uso de su magia elemental.

—¿Magia de tierra, estilo magro? Son pocas las personas capaces de emplear este tipo de magia, estás por encima de cualquier oponente. Es una lástima que tu oponente utilice magia de fuego, estilo elemental. Soy el peor oponente para ti.

La llamarada de fuego, proveniente de su oponente, quemó hasta volver cenizas todas sus lianas. Maldijo al ver tal desdichada escena. ¿Supongo que estoy en problemas?

CONTINUARÁ…