Acomodar su ropa junto a la mía de pronto me parece irreal, no ha traído todo su guardarropa pero sí algunas cosas, algunos de sus muebles también y claro la cocina casi la hemos mudado por completo a mi departamento. En todo mi piso han ido apareciendo pequeños adornos impregnados de su esencia, que me arrebatan suspiros profundos al entender que ella de poco se ha metido a mi vida de una manera sin igual, y me encanta que así sea. Pequeños objetos que no estaban antes, que no sabía que necesitaba me han facilitado la vida y han hecho de mi departamento un hogar. Y eso que aún no esta a mi lado por completo. Se queda dos o tres días por semana a dormir a mi lado, ella argumenta que prefiere que durmamos en su cama, porque es lo único bueno de su departamento en realidad, es una cama Ki