Al ser interrumpidos por los amigos de él, comencé a pensar que todo ello ocurría, porque de una u otra forma, el destino de ambos tenía rutas diferentes a seguir. Antes de que terminara el ensayo y subieran a la tarima vi mi reloj, ya pronto serían las siete de la noche y yo no le había avisado a Mauricio a dónde estaría. Mas tampoco eso me preocupaba en extremo, pues de haberse preocupado por mi ausencia, me habría escrito también. Quizás estaba con su amante. Saqué mi celular para pedir un Uber, las horas con él pasan volando. Pedí el taxi. Le hice señas de que me iba por la hora. Él estaba terminando de afinar su guitarra eléctrica para la presentación. Aún así, me pidió esperar un minuto. Asentí con la cabeza pues el auto debía llegar en dos minutos. Igual me levanté, estiré un