La boda se llevaría a cabo en la casa de mis padres en el jardín donde se podían albergar a más de 300 personas. Me asome por el balcón y mire a la gente correr de un lado para otro, arreglando las mesas, preparando el sonido, alistando la pista de baile, los adornos, todo debajo de tres grandes carpas que nos protegerían del sol abrazador del mes de junio, estábamos a 43ºC el día de hoy y era sofocante.
No sabía si reír o llorar, hoy era mi gran boda o mi peor desgracia.
Las damas de honor estaban parloteando de un lado para otro en mi habitación mientras esperaban a que llegara la estilista. Mi madre se encontraba dando instrucciones a los empleados que se contrataron para este día. La seguridad de la casa se duplico y en la iglesia también va haber seguridad, aunque claro, que mejor seguridad que tener a todos los caporegime más los soldatos en la iglesia.
Me mantuve callada y observé.
Cuando llego la estilista me estaba saliendo de bañar, eran pasadas de las nueve de la mañana y la misa era a la una de la tarde. Me senté en mi banco del tocador y dejé que me maquillara, un maquillaje que no iba con mi rostro. Duro dos horas haciendo mi maquillaje y peinado
El peinado era recogido con pedrerías de color n***o para burla de Fabrizia, a cada lado de mi cabeza y mi maquillaje era con colores suaves que resaltaban mis ojos color violeta. Me arreglo las uñas de una manera hermosa, estilo francés con piedras y en una uña un esmoquin n***o. Me puse unos aretes largos, por el estilo de mi vestido no podía llevar una gargantilla, por lo tanto, solo podía llevar aretes hechos de diamantes, mi padre me dejo ponerme mis aretes de ónix n***o.
Me ayudaron a ponerme el vestido y cuando por fin terminaron conmigo la estilista prosiguió con las demás. Mientras estaban distraídas entre al armario y saque un juego de alfileres que tenía escondidas en mi estuche de maquillaje y las coloque por todo mi cabello, eran alfileres negros con diamantes.
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Me baje del carro siendo escoltada por Danilo y mi padre, Denisse me paso el ramo de novia hecho de rosas blancas y otros adornos, era pequeño y sencillo, solté un suspiro interno.
Denisse me miro molesta, nada de la boda le gustaba.
La boda transcurrió sin ningún problema, hicimos nuestros botos y el novio por fin pudo besar a la novia, las argollas eran de oro puro y sencillas, la de él era lisa y la mía tenía un pequeño diamante en medio y tres más a los lados.
De la misa pasamos a la fiesta que tampoco paso nada fuera de lo normal o bueno si hablamos de que Agostino literal se quería acabar todo el alcohol de la fiesta, pasaba de una mesa a otra brindando con los invitados e incluso me vi obligada a ser su compañera en varias visitas a las mesas y soportar su borrachera con una sonrisa fingida. Mi padre y Danilo solo lo observaban con ira como actuaba como un loco por toda la fiesta sin soltar su vaso lleno de tequila o cualquiera cosa que se llamara alcohol y yo siendo arrastrada con él. Mi marido estaba ansioso por la noche de bodas ya que no dejaba de tocarme cuando tenía oportunidad.
Me acerque a mi hermana y mi madre que lo miraban molestas y Denisse con ganas de golpearlo, no las culpo, pero francamente era divertido verlo así y más porque mientras más borracho estaba, más conveniente para mí.
Levante mi mirada y vi a uno de los meseros, el asintió sin que le dijera nada y se fue. Rato después Getto se acercó a mí y me susurro al oído que Agostino estaba de lo más divertido con la nariz blanca y sonreí.
El baile de los novios fue un poco divertido ya que Agostino no daba una, podía ver la cara de los invitados, unos disgustados y otros burlándose de él, aunque mi expresión siempre fue una sonrisa fingida y llena de horror al mirar el comportamiento de mi ahora esposo.
Después del baile de los novios y de bailar con todos nuestros familiares disfrutamos un poco más de la fiesta hasta que todo empezaron a gritar.
_ A la cama, a la cama, a la cama _ Todos los hombres empezaron a gritar sin control y Agostino me tendió la mano y tome su mano, caminamos a la mansión con todos los hombres pisándonos los talones y seguían gritando el mismo coro.
Entramos en la habitación y deje de escuchar las voces cantarinas a mi espalda. Me quede parada en medio de la habitación esperando el siguiente movimiento de Agostino.
Lo mire nerviosa, agarraba mis manos inquietas muerta de miedo, Agostino me miro y me sonrió, se acercó a mí con paso torpe por la borrachera y saco un cuchillo de dentro de su saco, lo mire con miedo y me tense. Agarro mi vestido de novia y empezó a romperlo con el cuchillo, espero el imbécil no termine rasgando mi piel, se escuchaba el desgarrar de la tela y mi respiración acelerada en la habitación medio oscura, el tronar de mi corazón vibraba en mis oídos. Cuando por fin termino de desgarrar el vestido que estaba en tiras a mi alrededor y quede en mi ropa interior blanca de encaje se alejó trastabillando quitándose con torpeza el saco del traje que aventó al sofá que estaba en la habitación.
Cuando termino de desnudarse yo no me había movido de mi lugar, mi cuerpo temblaba de miedo fingido, me rodee con mis brazos dándome consuelo. Me agarro del brazo derecho y me aventó a la cama con brusquedad, se subió arriba de mi cuerpo, apestaba a alcohol y sus ojos estaban rojos por las drogas que consumió. Cuando empezó a besar mi cuello, moví mi mano con rapidez y lo pinche en la nuca con el alfiler que saque de mi cabello mientras el me daba la espalda quitándose la ropa, su cuerpo quedo flácido sobre el mío.
Lo quite de un solo movimiento, saque otro alfiler de mi cabello y mire la punta que era tan fina que casi no se veía de un color blanco transparentoso, pinche un punto de acupuntura en su cabeza, la droga que le inyecte directamente en su cerebro le ocasionaría alucinaciones que se pueden confundir con un sueño y en el estado en que se encuentra el tendrá el mejor sexo de su vida.
Moví su cuerpo inerte dejándolo de espalda, fui al baño y abrí mi neceser donde tenía todo mi maquillaje, quite la capa de seguridad y saque la bolsa sangre que había obtenido de Liu. Estábamos en la habitación de invitados, mis cosas fueron dejadas con antelación para prepararme al día siguiente de la fiesta, una bolsa extra fue dejada después de mi equipaje.
Entre a la habitación y prepara la escena donde perdí mi gran virginidad con v mayúscula, manche las sábanas, deje unas manchas de sangre en la entrepierna de Agostino y guala. Ya no soy virgen.
Volví a entrar al baño y agarré la bolsa negra que estaba extra. Saqué un pantalón de cuero n***o, un corset de cuero n***o, una chamarra negra y unos botines de tacón negros, me vestí con rapidez. Saque una caja y la abrí, agarre el auricular y lo puse sobre mi oído, lo active y se escuchó el silencio, mientras esperaba a que Getto me hablara cambie mis lentillas por unos de visión nocturna, puse todas mis armas en mi cuerpo y dentro de mi chamarra, pinte mi cabello de n***o con la crema especial que tenía para cambiar con rapidez el color de mi cabello, cuando se secó el tinte en cinco minutos lo peine con un molote con agujas y alfileres para mantenerlo fuera de mi camino.
_ Me voy a empezar a mover _ susurre.
Cerré la puerta del baño a mi espalda y mire a Agostino que seguía inconsciente en la cama, no se despertaría hasta en la mañana. Pero no era estúpida, hay una cámara que se instaló temprano donde se podía ver la ubicación de Agostino y de toda la habitación.
_ Ari, mantelo vigilado _ dije a Arianna.
No recibí respuesta, pero no la necesitaba sabía que ella me estaba observando y escuchando en todo momento.
Abrí levemente la cortina del balcón, esta habitación se encontraba en la parte derecha de la casa al frente arriba de la cocina. La música todavía seguía escuchándose fuertemente en el patio delantero donde estaba la fiesta. Me agache y abrí las puertas corredizas lo suficiente para que mi cuerpo delgado y flexible pasara por una apertura que pasaría desapercibida si alguien pasaba, ahorita la atención de todos estaba en la fiesta por lo tanto nadie vendría a este lugar a fisgonear y menos siendo la habitación de los recién casados. Cerré la puerta corrediza y me quedé quieta en cuclillas escuchando y observando con mis lentillas de visión nocturna.
Cuando no vi ni escuché nada me moví. La habitación se encontraba en el segundo piso
Me acerque a la esquina derecha del barandal y la brinque de un salto, aterrice en el piso en cuclillas, camine con rapidez y me escondí en los matorrales, me seguí moviendo siempre al pendiente de cualquier ruido o movimiento, llegue a al final de la casa y me asome con cuidado a ambos lados del jardín, pero estaba solo, aparte de que los guardias estaban vigilando a los invitados también estaba el cambio de turno que sería dentro de unos quince minutos.
Vi la cámara que estaba en la punta del techo sobre mi cabeza, me mantuve en cuclillas en la oscuridad sin moverme.
_ Arianna _ susurre.
_ Tienes cinco segundos para moverte jefa _ Espere a que me diera la indicación de moverme _ Ahora.
Me moví con rapidez y crucé el jardín metiéndome entre los árboles, me pare fuera del muro y espere nuevamente.
_ Cinco segundos para brincar la malla eléctrica _ dijo Arianna.
Me pare justo debajo del tubo donde se conectaban los alambres. Los tubos eran los centros de equipo energizado donde se emitían los pulsos eléctricos hacia los alambres, pero Arianna podía interferir en el equipo de energizado y apagarlo por una fracción de segundo sin ser detectado, cinco segundos se me hacía mucho tiempo para que dure desactivado, por lo tanto, tenía a lo mucho un segundo para brincarla y se active nuevamente. Retrocedí cinco pasos del muro y me preparé para correr y saltar.
_ Ahora _ dijo Arianna
Corrí con rapidez, pise el muro con mi pie derecho y brinque, me agarre del muro y me impulse hacia arriba con la pura fuerza de mis brazos, me agarre del tubo y quede en cuclillas, me levante con fluidez y agarre la base del tubo me impulse hacia arriba y salté al otro lado del muro, me sostuve en la base de la pared y me deje caer al otro lado en cuclillas.
Getto ya me estaba esperando dentro de la camioneta, me subí al carro y nos fuimos. El lugar de encuentro estaba a unos treinta minutos, cuando estuvimos lo suficientemente lejos Getto prendió las luces del carro.
_ ¿Preparaste mi rifle? _ pregunte mientras me movía al asiento trasero y abría el estuche donde mi rifle estaba aguardando.
_ Si, lo revise, limpie y guarde _ Asentí. Lo toque con cuidado, como si tocara un bebe.
_ Pareces una niña con juguete nuevo _ dijo Getto con burla.
Sonreí.
_ Y así es, este rifle fue la primera arma que me regalo el maestro cuando me mando a mi primera misión ¿Recuerdas?
_ Si, fue nuestro primer trabajo, hiciste un disparo limpio justo en medio de los ojos.
Lo saqué del estuche y sentí su peso de 11.8 kg que equivalía a 26 libras, su longitud era de 1448 mm que equivalía a 57 pulgadas y la longitud del cañón era de 736 mm que equivalía a 29 pulgadas, hace mucho que no lo utilizaba normalmente mis trabajos son en contacto directo con la víctima y no había tenido la necesidad de utilizarlo, pero hoy era necesario usarlo, tenía un límite de tiempo, aunque Agostino estaba inconsciente no podía descuidarme y menos estando en casa de mis padres y con la Cosa Nostra y Sacra Corona Unita en el mismo lugar.
Probablemente se retiren al final de la fiesta, pero siempre he sido una mujer precavida y esto tenía que ser rápido y así seria.
Llegamos al lugar donde Arianna nos había indicado, el rifle tenía un alcance de 4000 m y una velocidad de 805 m/s, Getto coloco el carro a unos 2500 m de donde iba a pasar el carro del objetivo, el disparo seria exacto y rápido, puso una cobija sobre el auto para ocultarlo, aunque la noche ayudaba. El disparo lo haría con el carro del objetivo en movimiento, son cuatro personas las que iban a estar en el carro, el objetivo, sus guardaespaldas y el guía que lo llevaría al almacén.
La velocidad de los disparos tenía que ser rápida, ya que al primer tiro se van a descontrolar y el carro puede llegar a derrapar, por lo tanto, el primero en morir sería mi objetivo y después por diversión morirán los demás.
Saqué la munición de su estuche y la puse en el rifle. El tipo de munición que utilizaba era de 12.7x 99 OTAN para un calibre de 12.7 mm, iba a utilizar una bala simple para un disparo tan sencillo.
_ Dentro de quince minutos el objetivo estará en la mira jefa _ dijo Ari en el oído.
Me subí al techo de la camioneta, acomode mi rifle y revise que todo estuviera bien, me coloque sobre mi estómago y la mirada en el telescopio, solté un suspiro y cerré mi mente dejándola en blanco, bloquee todas mis emociones y solo quedo Aspid la asesina.
Agudice mi oído y espere. Vi por la mirilla el polvo que el carro todo terreno levantaba en su prisa, el primer disparo que sonó amortiguado por el silenciador salió del rifle que Getto traía en las manos posicionado entre mis piernas, el todo terreno derrapo por la llanta reventada en la parte trasera, moví levemente mi rifle siguiendo el movimiento descontrolado del carro, cuando mi mirada estuvo en mi objetivo disparé, la bala atravesó la cabeza de William Harris de lado a lado reventando el cráneo provocando un desastre que termino en la cara de los demás ocupantes del todo terreno, el tercer disparo le dio entre los ojos a uno de los guardaespaldas que había volteado a ver el cadáver que se encontraba a su lado, el todo terreno se detuvo abruptamente y espere que salieran los dos que me faltaban. El chofer salió e intento correr a toda prisa a la oscuridad de la noche, pero antes de que diera dos pasos la cuarta bala se instaló en su frente y cayó como saco viejo a la arena del desierto y por último el guardaespaldas que quedaba salió del todo terreno del otro lado donde no podía verlo, Getto dio tres disparos consecutivos para sacarlo de su escondite, no tenía a donde correr su único lugar de refugio era el todo terreno que tenia de por medio, solo tenía que esperar a que saliera. Por lo mirilla del rifle vi los movimientos del cuerpo del hermano del guardaespaldas y sonreí, al parecer algo estaba intentando conseguir del cadáver de su hermano. Seguí los movimientos muy lentamente y ahí estaba, levanto levemente la cabeza para ver sobre el cuerpo de su hermano y dispare dando en el blanco.
Getto se empezó a mover desarmando su rifle y bajando de la camioneta, seguí su ejemplo y dentro de cinco minutos ya estábamos dentro de la camioneta moviéndonos. Getto se paró a cierta distancia del todo terreno, me baje y tome las fotos del cadáver de mi objetivo y regrese a la camioneta.
El trabajo estaba hecho.
En el camino de regreso a la casa de mis padres mande la información y di por concluida la misión con éxito, me llego una notificación de trabajo cumplido y borre todo de mi celular, aunque todo estaba codificado no me gusta dejar cavos sueltos.
Regrese sin problemas a la mansión y Agostino seguía roncando como bebe en la cama, tome una ducha rápida, me acosté a su lado y me relaje lo mejor que pude para intentar dormir, aunque sean unas dos horas.
A la mañana siguiente como siempre me desperté a las cinco y efectivamente tuve dos horas de sueño, mire Agostino que seguía roncando a mi lado, solté un suspiro y me levante, tome otro baño, pero esta vez me tome mi tiempo y disfrute del agua helada que caía sobre mi cuerpo, salí de la ducha y me puse la crema de protector solar, me lave los dientes y cepille mi cabello con movimientos lentos, le puse un aceite especial hecho por mí para mantenerlo brilloso e hidratado.
Cuando salí del baño envuelta en una toalla Agostino estaba sentado en la cama y me miro, me puse nerviosa y lo mire cohibida, me tape lo más que pude con la toalla protegiendo mis pechos. Agostino miro la cama y después me miro a mí, desvié rápidamente la mirada de vergüenza.
_ ¿qué hora es? _ pregunto de golpe y pegue un brinco del susto. Camine rápidamente a mi lado de la cama y cheque la hora en mi celular.
_ Son las seis de la mañana _ dije con una voz tímida, pero fuerte.
Se volvió acostar y se tapó los ojos con su mano.
_ Es temprano para que estes levantada, todavía falta una hora para bajar a presentar las sábanas sangrientas.
_ No podía dormir _ dije.
Caminé a mi maleta y fingí incomodidad entre mis piernas, me puse en cuclillas y abrí la maleta para sacar mi ropa.
_ Regresa a la cama _ dijo de golpe _ no hay necesidad de que te vistas _ termino.
Me levante y regrese a la cama.
_ Acuéstate, sin la toalla _ y así lo hice.
Paso su mano por mi muslo y me estremecí, pero no de placer si no de asco, aunque para él fue de miedo. Quito su mano después de estarme acariciando un rato, el seguía acostado sobre su espalda con la cara tapada con su brazo.
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_ Me duele la cabeza, voy a dormir otro rato _ dijo. Se volteo de lado y me abrazo pegándome a su cuerpo sudoroso que apestaba alcohol, solté un suspiro interno y soporté su cercanía hasta que se levantó.
Bajamos a desayunar a las ocho, Agostino se despertó a las siete después de su segunda siesta. Desayunamos con mis padres y mis suegros. A las diez fue la presentación de las sábanas sangrientas, una costumbre bastante estúpida si me preguntan. Mi madre miro horrorizada la cantidad de sangre que estaba en las sábanas, Denisse me abrazo y yo le sonreí con tristeza y vergüenza, los hombres le aplaudieron a Agostino por la cantidad de sangre que logro sacar de mi pobre cuerpo. ¡Ja! Si supieran de donde salió esa sangre realmente.
Danilo tenía cara de póker, pero conocía muy bien su mirada, la ira que reflejaban sus ojos estaba burbujeando a fuego lento y esa ira estaba dirigida a mi marido.
Getto miro las sábanas con aburrimiento, ya sabía que esa sangre no era realmente mía por lo tanto estaba tranquilo a diferencia de Danilo.
Mi mama me miro con preocupación.
_ Fue un maldito animal _ dijo Denisse enojada mientras me abrazaba consolándome.
Mi madre me sirvió una taza de té y me dio dos pastillas.
_ Tómatelas, aliviara el dolor _ me las tomé sin preguntar lo que me estaba dando y sorbí el té.
_ Todas pasamos por lo mismo, están exagerando _ dijo Fabrizia
_ Tu hijo fue un maldito animal Fabrizia _ dijo mi madre enojada, un rasgo extraño en ella, jamás mostraba sus emociones enfrente de los demás, siempre permanecía tranquila y serena, pero esta vez su ira se mostraba en cada rastro de su hermoso rostro blanco, un rostro que era igual al mío la diferencia es que yo era albina y ella no.
_ Mama _ susurre agarrando su mano.
Ella me miro.
_ Estoy bien _ le dije para calmarla, ella no puede perder la compostura. Mi madre cerro los ojos y suspiro calmándose.
Se sentó a mi lado y me agarrado de la mano, mas no me abrazo porque eso sería debilidad para mí y era algo que no me podía permitir y mi madre lo sabía.
Intenté cruzar mis piernas, pero me detuve levemente fingiendo un dolor entre mis piernas, las mujeres me miraron dándose cuenta de mi desliz, desliz que me permití. Esta vez crucé mis piernas y proseguí a tomar mi taza de té, las mujeres siguieron observándome por si me quejaba o encontraban alguna debilidad en mí, pero seguí platicando con mi hermana y con Donna tranquilamente, la próxima boda sería la de Denisse con Enzo, aunque ya se había decidido el compromiso de mi hermano con Graziella Pellegrino hija de Maurizio Pellegrino Don de la Familia Pellegrino de la mafia N´drangheta ella aún era menor de edad, dentro de un año cumpliría la mayoría de edad y es cuando empezaríamos con los preparativos de la boda.
Llego el momento de partir después de rato de seguir con la plática. Me despedí de mi familia y seguí a Agostino a mi nuevo destino, desde aquí las cosas cambiarían y se pondrían más interesantes de ver.