Dianna se sentía sumamente feliz ese día.
Aarón la llamó al medio día para invitarla a almorzar, ella accedió, llevaba un vestido ajustado al cuerpo con encaje en la parte del pecho, sin mangas y a la rodilla.
Su cabello n***o ondulado a la altura de los hombros le aportaba un aire coqueto.
Pasó por ella a la empresa, la llevó a un restaurante privado, reservó una habitación luego entró con ella.
El lomo al limón caramelizado, pescado al horno y unos camarones al ajillo fueron el almuerzo de ambos. Acompañado de un buen vino.
-Dianna respecto a nosotros..!
-No tienes que decir nada, sé que fue el calor del momento.
-Estás loca..!
-Jamás pensaría algo así.
-No soy ese tipo de hombre
-Siempre viví arrepentido por haberte dejado, nunca te busqué porque me sentía avergonzado.
-Ahora que te tengo de vuelta no te dejaré ir.
Ella sintió mucha alegría, quería besarlo y hacerle el amor ahí mismo.
Sentía lo mismo, no quería dejarlo ir.
-Con respecto a nuestras hijas, no creo que sea el momento adecuado para decirles lo nuestro.
-Si, lo sé.
-Debemos disfrutar los 15 días que nos quedan con ellas, para ese entonces Alanna tendrá 2 meses de embarazo.
-Iremos al chequeo todos juntos.
-Dianna quieres ser mi novia..?
La mujer sintió enrojecer sus mejillas..
-Me encantaría.
La tomó por la cintura y la subió a sus piernas.
Le dió un cálido beso que culminó el almuerzo.
***
En un hospital de la ciudad Dión se recuperaba poco a poco, ya habían pasado 15 días desde que le dieron la fuerte golpiza con látigos.
Las heridas dejarían cicatrices permanentes. Se sentía miserable, había bajado mucho de peso.
Sus pensamientos estaban llenos de Alanna.
Le causó tanto daño, fue la peor estupidez de su vida. Cómo pudo tratarla así..?
-Hola cariño, te traje el almuerzo.!
-No quiero comer mamá.
-Bajaste mucho de peso en el hospital y aún te falta una semana más aquí.
-No me importa.
-Nos iremos al extranjero cuando estés mejor, así podrías continuar con tus estudios y salir adelante.
-Está bien..!
-De verdad aceptas..?
-Sí, me iré contigo, empezaremos desde cero allá, papá me había traspasado una empresa, quería que yo la manejara en el extranjero.
-Al menos no se vió afectada con todo el desastre.
-Sí, tu padre estaría orgulloso de ti.
-Lo asesine mamá, cómo se iba a sentir orgulloso de mí.?
-Soy un fracaso de hijo.
-No digas eso mi amor, siempre te voy a apoyar, vamos a estar bien, ya lo verás.
-Quiero estar sólo, deja la comida ahí.
-Me iré ahora pero por favor almuerza un poco.
-Sí, lo haré..!
Dión dejó caer unas lágrimas de tristeza junto a la almohada, su padre había muerto por su culpa, le hizo daño a Alanna, además perdieron las empresas de su padre.
Todo fue su culpa, si no hubiera tenido esa estúpida idea de violar a Alanna Baker su padre aún estaría con vida.
***
La semana pasó rápido, le dieron el alta, aún le costaba un poco caminar después de haber estado acostado 22 días en una cama de hospital.
Su cuerpo cicatrizaba bien aunque no quedaría perfecto como antes, si se sometiera a alguna cirugía en el extranjero podría quitarlas.
Pero no lo haría, ese sería un recordatorio de lo que fue una dura etapa en su vida, verse a sí mismo le recordaría el error que cometió.
Viviría arrepintiendo de ello por siempre.
Su madre había vendido en ese tiempo lo que quedaba, le transfirió el dinero a su hijo.
La casa se la dejarían al ama de llaves y una mucama para cuidarla, las mujeres no tenían familia, así que podrían acompañarse la una a la otra en la mansión.
Hicieron maletas y viajaron a Estados Unidos.
Dión tenía una casa cerca de la playa, ahí vivía antes de suceder tal desgracia.
Reanudó sus clases de comercio internacional y económica en la universidad.
Fue a la empresa que le había dejado su padre, se puso al corriente con Lewis el vicepresidente y Mayron su asistente personal.
Dión había estado trabajando con su padre desde los 15 años y tenía a los mejores asesores a su lado enseñándole el manejo de la empresa así que no fue difícil tomar las riendas. Una semana atrás en el hospital había sido su cumpleaños número 18, su madre como tutora legal firmaba los documentos, aunque en USA la mayoría de edad eran los 21, Dión podría manejar todo, ella solo tendría que firmar en su nombre.
El chico tenía un gran talento para los negocios, en 3 días ya tenía todo al margen.
En las mañanas acudía a la empresa, por la tarde viajaba a la universidad en la que había estado desde los 16 años. Era la mejor universidad del país
Su actitud se tornó fría sin ningún rastro de emoción, no sonreía, sus amigos los cuales ya había dejado tiempo atrás eran su única compañía , lo invitaban a salir pero siempre se negaba.
Ellos sabían la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros ahora, querían ayudarlo a sentirse mejor, pero Dión no los acompañaba nunca, era como una pared impenetrable.
Llegaba exhausto a casa, sentía que las noches eran cortas y los días eternos.
De repente recordó algo, hizo una llamada y esperó atentamente.
***
Mientras tanto en Inglaterra se celebraba el cumpleaños de Alanna, una pequeña cena familiar en la mansión Moon daba lugar a una noche llena de comida, películas y baile entre las pocas personas en la habitaban esa noche.
Era la primera vez que celebraba su cumpleaños desde ese fatídico día en que se accidentó su madre.
Hoy era un día que recordaba con dolor, también su cumpleaños.
Alanna estaba mejor de ánimo con su padre, le permitió tener un baile con ella en la gran sala.
Se sentía cálida en sus brazos.
Había esperado por tanto tiempo un momento así junto a él que se sentía en las nubes.
-Te amo princesa, Feliz cumpleaños número 15.
-Gracias papá.
Sé que hoy es un día difícil para ambos, pero también espero sea el inicio de un futuro mejor.
Alanna lo abrazó fuerte y asintió.
El timbre sonó, Dianna abrió la puerta.
Tomó un paquete, lo colocó en medio de los regalos.
Niza dió unas pequeñas palabras a la cumpleañera y la abrazó.
Al terminar la celebración, querían que abriera los regalos pero se sentía tan cansada que le permitieron abrirlos cuando ella quisiera, le ayudaron a subirlos a su habitación.
Joyce revisó los regalos y notó que uno de ellos no era de ninguno de los que se encontraban en casa.
Tenía las iniciales HPB.
''FELIZ CUMPLEAÑOS''
-De quién crees que sea éste regalo hermana..?
-No lo sé ,estoy exhausta, lo abriré después.
-Que descanses y feliz cumpleaños.
-Gracias Joyce.
Alanna tomó una ducha, al salir buscó una pijama cómoda, un poco holgada ya que su ropa no le quedaba igual.
Vió el regalo extraño sobre la cama, le dió curiosidad así que lo abrió.
Había una nota en él.
-Sé que cometí un grave error al hacerte tanto daño, pero Te Amo, realmente amo saber que seré papá, no sé si mi regalo será bien recibido por ti, pero espero te agrade. Me gustaría ser el primero en darle algo a mi hijo, aunque sea pequeño, tiene un gran significado. Espero algún día me perdones porque realmente me arrepiento de haberte causado tanto daño. Felicidades en tu día princesa. Atte. Dión.
La chica sintió que su herida en el corazón se abría.
Empezó a llorar, no sabía realmente que sentía por Dión pero una parte de ella quería saber cómo estaba y dónde.?
Al abrirlo vió 6 mamelucos de colores neutros para bebé, unas mantas de franela, un álbum de recuerdos con unas fotos de Dión cuando era bebé y otras de diferentes edades.
Se había tomado un tiempo para pedirle a su madre que eligiera ese regalo y lo guardara para enviarlo en esta fecha.
Alanna tomó una de las fotografías del álbum, leyó las palabras que habia en la parte de atrás.
-Probablemente no conoceré a mi hijo, me lamento tanto por ello, miéntele por favor te lo pido, dile que su padre era un buen hombre. Cuéntale cuanto amaba jugar hockey, que fuí el mejor estudiante en la preparatoria, dile cuanto amaba a su mamá y que también lo amaré a él o a ella por siempre.
Ésta es mi despedida Alanna, te dejo ser libre.
Era el primer regalo que recibia para su hijo, la llenó profundamente, sintió en su corazón que el odio que sentía por él se disipaba, en su lugar se llenaba de angustia y dolor.
No sabía si era porque Dios al fin la liberaba de esa pesadilla o porque le dolía no volver a verlo más.
-Dión..!
Tomó el teléfono, buscó su nombre, no sabía si ese era aún su número, de igual forma no se atrevió a llamar.
Ella recordó esa última noche que lo vió y se entregó a él por primera vez, no fue obligada.
Su corazón se sentía pesado, no sabía el motivo.