Sabrina era una mujer muy capaz para planear y salirse con la suya, tenía tanta suerte que la mayoría de sus planes le salían bien, el único fallo fue entrar en la desesperación y serle infiel a Eduardo, siendo descubierta, pero fuera de eso su plan había sido perfecto o casi perfecto.
Pero ahora mismo ese error les estaba salvando el plan, pues también Eduardo pensaba que ellos dos tuvieron sexo, pero no había sido así, no era capaz de recordar la última vez que Eduardo la tocó más allá de un beso.
—¿Y qué sentido tiene que te escondas si él te está buscando? ¿No es momento de aparecer?—preguntaba su madre, acompañando a su hija al lejano hotel donde llevaba los últimos quince días alojándose, pues Eduardo la estaba buscando por todos lados.
Ese hombre necesitaba una explicación cua
